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Secretos de despacho

'Bon vivant' en Club Millesime

Manuel Quintanero trabaja en un exclusivo espacio con vistas a las Cuatro Torres

Ha vivido su semana grande. Está pletórico por los logros conseguidos. Durante tres días, hasta el viernes, más de 60 empresas y 1.600 comensales han disfrutado de las propuestas gastronómicas de los cocineros, la mayoría con estrellas Michelin y soles Repsol, ideadas para Millesime Madrid, evento gastronómico que acaba de cerrar su cuarta edición. Y si por algo se ha caracterizado, además de por su calidad culinaria, ha sido por la excelencia en la prestación del servicio.

A buen seguro que Manuel Quintanero, nacido en Toledo hace 51 años, presidente de Club Millesime, se encuentra, cuando el lector lea estas líneas, en su despacho. Allí pasa numerosas horas, todas las que puede, y además disfruta de ello. La estancia es la buhardilla de su residencia, en una elegante urbanización de la zona norte de Madrid, desde cuyos ventanales se divisa al fondo la silueta de las Cuatro Torres de la ciudad. Por este privilegio, por saber disfrutar del buen beber y del buen comer, así como de la decoración, del arte, se puede definir a Quintanero como bon vivant. Ha hecho de todos estos placeres su profesión. Y lo disfruta. "Me gusta lo que hago, suelo trabajar en casa por las mañanas y por las noches, que son los momentos que dedico a diseñar nuevos proyectos y estrategias", afirma. Todos los días tiene comidas de trabajo, y suele ser allí, sobre la mesa y el mantel, cuando cierra acuerdos comerciales o hace negocios. "Lamentablemente, esto supone calorías porque no vas a ir a una comida de trabajo de forma melindrosa, tienes que ir a disfrutar de la gastronomía". Por las tardes, suele tener reuniones y su cuartel general es el Hotel Villamagna de Madrid.

Asegura que en España los mejores acuerdos comerciales se cierran en torno a una buena comida. Para compensar los excesos culinarios, tiene una bicicleta estática al lado de la mesa de trabajo. Y mientras habla por teléfono, pedalea. "Necesito trabajar en un ambiente relajado, es la manera más efectiva de sacarle provecho a lo que se hace". Cree que el sector gastronómico vive un momento dulce en España, pero todavía no se utiliza lo suficiente como reclamo económico. "En cocina somos líderes mundiales porque todas las técnicas de vanguardia son inventadas por cocineros españoles".

"Las instituciones públicas deberían apoyar la gastronomía por el tirón que tiene para atraer al turismo"

Con esta premisa y aprovechando el buen nombre de la cocina española en el mundo, Millesime celebrará del 22 al 24 de marzo de 2011, con la colaboración de un reconocido grupo de chefs, unas jornadas gastronómicas en São Paulo (Brasil). A México irán en el mes de mayo. "Es un gran escaparate de todo lo español y, sin duda, se debería haber apoyado más desde las instituciones públicas porque la gastronomía tiene mucho tirón para atraer a turismo de calidad a España". Pero también porque las cocinas de los grandes cocineros se han convertido en auténticas aulas de aprendizaje para los chefs extranjeros. No hay que olvidar que el danés René Redzepi, al frente de Noma, elegido este año el mejor restaurante por la lista S. Pellegrino de los 50 mejores restaurantes del mundo, pasó por los fogones de El Bulli, Celler de Can Roca y de Mugaritz. Y con esta filosofía, de aproximar la cocina a la sociedad, a través de las empresas, nació hace tres años Club Millesime. "Es una herramienta para que las empresas puedan demostrar su hospitalidad con sus clientes, socios o proveedores, a través de un evento gastronómico de altura", dice Quintanero. Es licenciado en Económicas y Empresariales, y siempre tuvo vena emprendedora. A pesar de que los negocios le alimentan con satisfacciones personales sólo los entiende si son rentables. "Se hacen para ganar dinero, luego está el techo de rentabilidad que te pongas, si quieres crecer mucho, si quieres hacer un producto masificado o si, por el contrario, quieres diferenciarte con algo más selecto". æpermil;l prefiere lo segundo: hacer una única casa, que sea exclusiva, a construir mil de protección oficial.

Creó la revista Restauradores, fundó hace 12 años Sabores de Antaño, con el objeto de construir y decorar casas de más alto nivel para posteriormente venderlas, montó el bar Doña Liberata, una referencia juvenil en el Madrid de los años ochenta, y la galería de arte Rojo Picota. Y el próximo mes de noviembre abrirá un nuevo bar restaurante en Madrid.

25 pesetas en el bolsillo

Por si acaso, siempre lleva encima cinco monedas de cinco pesetas. En total, 25 pesetas. Dice que igual le dan suerte porque además el cinco es su número. Le gusta el arte y vive rodeado de cuadros que anteriormente tenía en su galería. Como buen sibarita, está rodeado de obras de buen gusto. El despacho es sencillo pero tiene clase. Advierte que la estancia no está decorada. "Busco ante todo la comodidad y por ello me gusta tener cuadros alrededor".Del negocio del arte parece que salió escarmentado, "es un sector difícil, sobre todo si apuestas por los artistas que te gustan y no piensas en aquellos que se van a revalorizar, para mí es una afición".También le gusta el fútbol, el pádel, deporte al que asegura le dedica varias horas a la semana, viajar y la música, que siempre le acompaña en el despacho. Como también lo hacen los retratos de sus tres hijos -el mayor trabaja ya en el negocio familiar- y de su novia Sandra Rey, directora y fundadora con él de Millesime. Asegura que, a pesar de que en la estancia reina el orden, él es bastante caótico, "voy siempre a demasiada velocidad".

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