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Columna
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China, un caballo de Troya

China está jugando con la política monetaria en Europa. "Sabes qué, estamos tan bien que incluso vamos a comprar la deuda griega", dicen. Pero su disposición de ayudar a la economía más afectada de la zona euro parece un soborno. Lo que China quiere es tener libertad para continuar con su política económica mercantilista. Es poco probable que la zona euro lo acepte y no debería. La mejor solución es apoyar a Estados Unidos en su propósito de que China aprecie su moneda.

La oferta para comprar la deuda griega la hizo el primer ministro, Wen Jiabao, este fin de semana. Wen está de gira por Europa para fomentar las buenas relaciones con los líderes europeos. Pero los mayores cambios deberían producirse en las políticas del tipo de cambio chinas.

La oferta de China refleja la gran cantidad de reservas a su disposición. Su poder significa un fondo engordado por el enorme superávit comercial. El déficit comercial bilateral de la UE con China subió a 133.000 millones de euros en 2009 y creció a un ritmo anual del 9,5%, hasta 71.400 millones el primer semestre del año. En los dos últimos años, los más difíciles para la economía mundial, China ha ganado una gran ventaja competitiva frente a otras naciones manteniendo el yuan barato, mientras que otras monedas de mercados emergentes de Asia y de otros lugares se han apreciado ­en particular, el real brasileño­. El dólar, en tanto, se ha mostrado débil frente al euro. La canciller alemana, Angela Merkel, puede y debe recordárselo hoy a Wen. Se rumorea que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, está dispuesto a presionar para que aprecie más el yuan. Esta presión es también, en última instancia, buena para China que no debe agravar los desequilibrios mundiales de forma continua mediante el incremento gradual de la producción de exportaciones artificialmente baratas.

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