El Tesoro coloca 2.980 millones en letras a tres y seis meses con mayor interés
El Tesoro Público ha colocado 2.980 millones de euros en letras a tres y seis meses, con lo que ha cumplido con el objetivo estimado que era de entre 2.500 y 3.500 millones de euros en letras a tres y seis meses. El tipo de interés medio en las de tres meses ha subido al 0,685% frente el 0,624% de la subasta anterior y en las de seis meses al 1,18% desde el 1,037% anterior.
En lo que se refiere a las letras a tres meses, el Tesoro ha vendido 1.174 millones de euros y en las de seis meses ha alcanzado la cifra de 1.805 millones de euros. El tipo de interes medio en la emisión a tres meses ha sido de 0,685% frente al 0,624% de la subasta de agosto, mientras que en las de seis meses ha sido del 1,18% desde el 1,037% anterior.
La demanda ha sido mayor en el tramo de tres meses con respecto al tramo de seis meses y en relación a la anterior subasta. La demanda ha sido de tres veces en tres meses (2,2 veces en la última subasta) y de dos veces en el seis meses (3,9 veces en la anterior).
A lo largo del mes de septiembre el Tesoro ha celebrado tres subastas, de bonos a cinco años, de obligaciones a diez y treinta años y de letras a doce y dieciocho meses.
En las dos primeras subastas, tal y como ha ocurrido desde mediados de julio, consiguió bajar los intereses marginales de la emisión, pero en la puja celebrada el pasado día 21 tuvo que elevar el interés de la deuda.
Ese día adjudicó 5.279 millones de euros en letras a un año y 1.757 millones en letras a un año y medio, con un interés del 1,938% para las letras a doce meses y del 2,190% para las de 18 meses.
Después de que en abril la agencia de calificación crediticia Standard and Poor's bajara la calificación de la deuda a largo plazo de España hasta el nivel "AA", la deuda soberana española comenzó a ser objeto de la desconfianza sobre la evolución de la economía española a corto y medio plazo.
Posteriormente, a finales de mayo la agencia de medición de riesgos Fitch rebajó también la calificación de la deuda española, con lo que el Tesoro se encontró con dificultades crecientes para colocar sus emisiones y con lo que los intereses marginales se dispararon.
El encarecimiento de la deuda reflejaba la desconfianza de los mercados frente a la deuda española y a su capacidad para afrontar los compromisos con sus acreedores.
Sin embargo, en la segunda quincena de julio, la publicación de los test de resistencia a los que se sometieron las entidades financieras españolas insufló a los mercados la confianza perdida y, en todas las subastas celebradas desde entonces, tanto de bonos, letras y obligaciones, el interés comenzó a menguar.
Así ha sido hasta la semana pasada, y aunque los analistas consultados señalan que la deuda española ha abandonado "el furgón de cola" aún no se ha disipado del todo el riesgo de una crisis de deuda soberana en los países periféricos, sobre todo en Irlanda.
La buena acogida que las subastas del Tesoro español han tenido desde mediados de julio entre los inversores, en las que la demanda ha superado con mucho a la oferta, no ha tenido un efecto inmediato en la prima de riesgo país, que se calcula mediante el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo.
Esta distancia sigue aún muy alta, en torno a 180 puntos básicos, ya que hace un año se encontraba en 50 puntos básicos, que subieron a 120 a comienzos de año para repuntar hasta 210 en junio.