_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Los riesgos tras la opa de Petrobras

Petrobras obtuvo su dinero en efectivo y rompió un récord tras cerrar la mayor ampliación de capital en 23 años. Pero en esta renacionalización parcial, los inversores han dado un voto de confianza. En su entusiasmo por las grandes reservas, la petrolera brasileña podría pasar por alto las consecuencias que acompañan la operación: un mayor control estatal.

Gracias a Tupi -posiblemente el mayor yacimiento de la costa-, Brasil puede presumir del cuarto de los diez mayores hallazgos de petróleo de las últimas décadas. Esto sólo ayuda a explicar por qué la demanda de un nuevo paquete de acciones fue de más del doble de la oferta y por qué fue necesaria una rebaja en el precio de las acciones para atraer a los inversores.

Aún persisten problemas importantes. El Estado brasileño ha reforzado su control sobre la empresa a través de la oferta de acciones y el intercambio simultáneo de sus reservas. El 48% de los dividendos de la compañía es ahora del Gobierno, frente al 40% que tenía antes de la operación.

Brasilia ha mostrado su disposición de usar la fuerza, obligando a los inversores a pagar de más por las nuevas reservas de crudo e insistiendo en la necesidad de elevar el gasto en las refinerías de bajo rendimiento. Los inversores esperan que este enfoque más estadista no se extienda a otras grandes corporaciones, como Vale, la empresa minera en la que el Gobierno mantiene un bloqueo mediante una acción de oro.

La fuerte dependencia de Brasil de Petrobras para obtener beneficios extraordinarios para el país plantea riesgos adicionales. El requisito de que Petrobras será siempre el principal explotador de los recursos humanos y financieros de la empresa puede ralentizar el progreso de la nación para convertirse en un gran exportador.

Aún después de esta operación, la petrolera tiene que recolectar más dinero para financiar sus inversiones de 224.000 millones de dólares. La empresa debe superar todavía varios obstáculos antes de alcanzar su objetivo para 2017 de batir a Exxon como el productor más grande de petróleo que cotiza en Bolsa.

Por Christopher Swann

Archivado En

_
_