Los desafíos de la banca privada
La reforma del sector financiero ha cristalizado en España en una amplia transformación de las cajas de ahorros. A escala mundial, la crisis también ha desencadenado una gran reforma de las estructuras vigentes. En Estados Unidos una nueva ley obliga, entre otras cosas, a separar la banca de inversión de la minorista. Al mismo tiempo, los supervisores bancarios acaban de pactar el nuevo escenario de solvencia de la banca para evitar nuevas crisis. En este contexto, la banca privada se ha visto también afectada y aún no se ha recuperado del golpe asestado por la crisis financiera. El patrimonio que gestionan estas entidades en España registra una cierta recuperación, pero aún no hay confianza por parte de los clientes, que optan por huir a los depósitos ante la guerra provocada por la necesidad que tienen bancos y cajas de conseguir liquidez. Este tipo de banca de élite se ve abocada a reorientar su negocio intentando casi la cuadratura del círculo. Los inversores no quieren riesgo y sin riesgo es muy difícil conseguir rentabilidades elevadas, o al menos que superen a las ofrecidas por algunos depósitos. Ante este panorama, las opciones que se plantean pasan por refinar aún más la gestión para ofrecer productos con más control del riesgo o por competir en el propio mundo de los depósitos.