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Crónica de Manhattan

Los últimos de la fila

Los profesores de Economía de la Universidad de Pennsylvania Betsey Stevenson y Justin Wolfers han elaborado un estudio que revela que comparada la situación actual con la de los setenta, la población negra de EE UU es más feliz que entonces. Los avances en materia de felicidad son mucho más notables que en el caso de los blancos. El estudio lo comentaba hace unos días el columnista de The New York Times David Leonhardt, quien buscando respuesta a este fenómeno entre académicos ha encontrado una razón: la caída de los prejuicios raciales.

Las leyes de derechos civiles que igualaron los derechos de las minorías se aprobaron en los sesenta, y en los setenta aún se mantenían muchas actitudes propias de un tiempo anterior a estas normas. Con el tiempo se ha avanzado y menos discriminación aumenta la felicidad.

Es la prueba de que el dinero no lo es todo porque, verdaderamente, las cifras, en este sentido, no favorecen en absoluto a esta minoría. Para empezar, la tasa de paro de la comunidad afroamericana es del 16,3%, mientras que la general es del 9,6% y la de los blancos, del 8,7%. Esto, unido a los datos que ha hecho públicos el censo sobre pobreza, ingresos y seguro médico la semana pasada, dejan claro que, para la minoría negra, la vida sigue estando, en general, más cuesta arriba que para el resto.

La recesión ha afectado a casi todas las razas por igual. Hispanos, negros y blancos no hispanos han visto disminuir sus ingresos y muchos de ellos se han sumado a las cada vez más abultadas filas de la pobreza (que afectó a un total de 43,6 millones en 2009, frente a los 39,8 millones del año anterior) y se han quedado sin seguro médico. La excepción se ha vivido en la comunidad asiática, que ha aumentado ingresos y apenas ha variado su ratio de pobreza o de coberturas de seguro sanitario.

Con todo, las peores cifras negativas son las correspondientes al conjunto de los afroamericanos. Con respecto a los ingresos medios, para el conjunto de la población fueron de 49.777 dólares anuales. Los blancos (no hispanos) vieron como éstos retrocedieron un 1,6% en 2009, para quedar en 54.461 dólares; pero para los negros la caída fue del 4,4%, lo que supuso un embolso medio de 32.584 dólares anuales. Los hispanos y los asiáticos mejoraron en este punto y, de hecho, estos últimos ingresaron una media de 65.469 dólares.

En materia de pobreza, el porcentaje de población más afectado vuelve a ser el de esta comunidad. Son 9,9 millones de personas los que viven por debajo de los 10.830 dólares brutos por año (en caso de una persona), cuando son solo el 13% de la población total del país. Más de una de cada cuatro personas negras es oficialmente pobre. En esta estadística comparten lo más bajo de la tabla con los hispanos, la primera minoría del país. Un 25,3% de ellos se ven afectados por la pobreza.

Donde los latinos lo tienen significativamente más difícil es en materia sanitaria. De los 50,7 millones de personas que no tienen seguro médico, 15,8 millones son hispanos (el 32,4% de ellos) y 8,1% son negros (el 21%).

Los datos del censo han puesto en evidencia la factura de la crisis, pero además apuntan que en el país donde el presidente es por primera vez negro, queda, sin embargo, mucho por andar para esta comunidad.

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