Contra el órdago de la prohibición total
Entre las primeras tareas de las que tienen que ocuparse los grupos parlamentarios estos días se encuentra el debate de la proposición de ley para la modificación de la vigente ley antitabaco. En su redacción actual, la proposición de ley contiene dos modificaciones sustanciales: la prohibición total de fumar en los más de 360.000 establecimientos de hostelería de España y la eliminación de la actual prohibición de vender tabaco donde esté prohibido su consumo.
De estos dos objetivos, el que afecta, y muy negativamente, al sector hostelero es la prohibición total, ya que, si finalmente se lleva a efecto, comportará una pérdida adicional de consumo por la disminución de las visitas y menor estancia de los clientes fumadores en nuestros establecimientos.
La posibilidad de seguir vendiendo tabaco en bares y restaurantes tiene un efecto mínimamente positivo que no compensa a las empresas del grave perjuicio que provocará la prohibición total, si esta termina por imponerse. De cada cajetilla de cigarrillos que se vende, el hostelero sólo obtiene 15 céntimos, al tiempo que el Estado se lleva 2,80 euros.
El debate de la proposición de ley se llevará a cabo en el seno de la Comisión de Sanidad del Congreso. Pero no será responsabilidad exclusiva de los parlamentarios que integran dicha Comisión, porque, además de los contenidos sanitarios, esta iniciativa legislativa tiene muy importantes efectos económicos y una gran repercusión social que merecen la atención de los órganos de dirección que fijan las líneas políticas de los partidos.
Desde la Federación Española de Hostelería nos hemos dirigido a los partidos y grupos parlamentarios para explicarles cuál es nuestra posición respecto a la modificación de la ley y las razones en que nuestra posición se fundamenta.
Esta explicación es necesaria para deshacer el malentendido que sitúa a los hosteleros en una oposición cerrada de defensa del tabaco, en plena identificación con los intereses de las empresas tabaqueras.
Los hosteleros hemos dicho claramente que la venta de tabaco no es nuestro negocio y que estamos en contra del tabaquismo y a favor de una hostelería y una sociedad libres de humos. Pero también estamos en contra de que miles de empresas cierren, con lo que eso significaría para miles de familias de empresarios y de profesionales hosteleros. Y esto es sin duda lo que ocurrirá si, como se prevé en la redacción actual de la proposición de ley, se impone la prohibición total de fumar.
En nuestros contactos con los partidos y grupos parlamentarios volveremos a decirles que la prohibición total es una medida que tiene efectos secundarios muy perjudiciales en la economía y el empleo y que por esa razón ha sido rechazada en 24 de los 27 países que componen la Unión Europea. En estos 24 países como son Alemania, Suecia, Holanda, Francia, Italia, etc. hay legislaciones más o menos flexibles, pero con el común denominador de que todas ellas permiten la existencia de zonas para fumadores. Y la razón no es que en estos países se menosprecie la salud pública, sino que han optado por una vía de restricción progresiva del consumo de tabaco menos radical pero de mayor eficacia y de menores costes para sus economías.
Contra lo que se ha intentado hacer creer, la prohibición total dentro de la UE sólo se ha impuesto en Irlanda, en el Reino Unido y en Chipre, causando graves daños a la hostelería. Y es significativo que en Chipre, donde la prohibición total entró en vigor en enero de 2010, ya se esté planteando dar marcha atrás para volver a permitir las zonas de fumadores.
También en España pueden aplicarse medidas alternativas para solucionar los problemas del humo ambiental con relación a los menores, los no fumadores y los trabajadores de hostelería, sin llegar al extremo de la prohibición total.
Si estos problemas tienen una solución menos costosa, que los hosteleros estamos dispuestos a apoyar desde nuestras organizaciones, ¿qué sentido tiene el órdago de la prohibición total?
Esperamos que los grupos parlamentarios acierten a valorar estas razones, incluso los que han firmado la proposición de ley, y que de forma consensuada encaucen finalmente la modificación de la ley antitabaco en la línea que apuntamos, que es la de mayor consenso europeo.
José María Rubio. Presidente de la Federación Española de Hostelería (FEHR)