Emociones fuertes sin planes de salir del rango lateral
Los analistas no prevén recesión y siguen viendo a la Bolsa sin rumbo
El Ibex ha tanteado sus fronteras en el mes de agosto y todo apunta a que no se aventurará con claridad en terreno desconocido en el mes de septiembre. Agosto ha sido un mes intenso, que comenzó con la energía que inyectó en el mercado la publicación del test de estrés a la banca, que de paso sirvió para atajar los miedos a un impago de la deuda soberana, y que acaba con un nuevo temor: una ralentización económica más severa de lo previsto que lleve a un nuevo pozo de recesión.
El Ibex ha oscilado desde las proximidades de los 11.000 puntos de primeros de agosto -en que alcanzó los 10.871,4 puntos- y los 9.800 puntos, para cerrar el mes sobre los 10.100. Ha llegado a variar el 11% en el mes y, aunque el horizonte más inmediato se presenta plagado de dudas, los analistas no esperan que el selectivo español, ni el conjunto del mercado bursátil, abandone el rango lateral en el que lleva instalado desde la pasada primavera. Una banda de fluctuación que cada vez es más ancha pero que no es capaz de anticipar una tendencia clara de mercado. "Puede que en las próximas semanas se hable más de peligro de recesión, pero la Bolsa seguirá dentro de un rango lateral", sostiene Nicolás López, director de análisis de MG Valores.
El renovado temor a una nueva recesión económica -que no había llegado a ser erradicado en los últimos meses- ha puesto a prueba los soportes de los índices en el último mes. Han resistido los 1.040 puntos del Standard & Poor's y los 9.800 puntos del Ibex. "Son soportes importantes que se han respetado y existe una posibilidad de rebote, pero no como para llegar a romper el rango lateral", añade Miguel Castells, director de análisis de Finanduero. De hecho, el mercado se encuentra en una encrucijada en la que o bien se impone la tesis de la recesión económica o bien llegan datos macroeconómicos alentadores que devuelven a los inversores a la creencia de que la recuperación, aunque más lenta de lo previsto, está en camino.
Los soportes han resistido la presión de las ventas
"La recesión no es nuestro escenario central, mantenemos sin cambios nuestras previsiones para fin de año", afirma Virginia Romero, analista de estrategia de Ahorro Corporación. Nicolás López recuerda que la desaceleración económica es la habitual en un proceso de recuperación y, dentro del rango lateral en el que enmarca al Ibex para los próximos meses, lo ve más cerca de los 11.000 puntos a finales de año que de los 9.000.
Miguel Castells también quita hierro a la hipótesis catastrofista de una recesión en Estados Unidos. "El mercado descontaba una recuperación económica más rápida, pero los datos no son tan malos". A falta de la tasa de paro que se conocerá el viernes, los malos indicadores del mercado de la vivienda estadounidense que se conocieron la semana pasada conviven con cifras de ingresos y gastos personales mejores de lo previsto y con el avance de la confianza del consumidor, anunciada ayer. La incertidumbre por la recaída de la economía ha sembrado un sentimiento negativo en buena parte de los inversores. Algunos indicadores de mercado se aproximan a los niveles de sobreventa de marzo del pasado año y que fueron el precedente del posterior rally. Sin embargo, "no hay tanto pesimismo como entonces", argumenta Nicolás López para justificar el movimiento lateral en el que se moverá el mercado.
Más pesimismo en la deuda
Aun así, la interpretación no es la misma en la Bolsa que en el mercado de bonos, donde se ha intensificado la huida hacia los activos de calidad, llevando a mínimos la rentabilidad del bund alemán. El riesgo soberano, que quedó en segundo plano tras la publicación hace más de un mes de los test de estrés a la banca y relajó las primas de riesgo, se ha reavivado en el caso de la deuda irlandesa. La deuda española en cambio se salva de la quema y, más en línea con su mercado bursátil, se resiste a reflejar el peor de los escenarios.
El yen marca máximos de 15 años y arrastra al Nikkei
La Bolsa de Tokio ha mostrado en el mes de agosto su talón de Aquiles, el impacto que supone la apreciación del yen y la consiguiente merma en la ventaja competitiva de las exportaciones. La divisa japonesa se ha apreciado a máximos de quince años frente al dólar y ha provocado la reacción del Banco de Japón.La autoridad monetaria ha aumentado las líneas de liquidez a la banca pero esto no basta para frenar al yen, en las 84 unidades por dólar. Y el Nikkei pierde el 7,5% en agosto y cae a niveles de mayo de 2009.La desconfianza hacia EE UU también impulsa al franco suizo, en máximos frente al euro: 1,29 unidades por cada divisa europea.
La aversión al riesgo lleva al 'bund' a mínimos del 2,11%
La deuda soberana ha llegado a descontar con más énfasis un escenario de recesión económica que la renta variable. Al menos, es lo que han reflejado los activos considerados de máxima calidad, como el bono estadounidense y el alemán, cuya rentabilidad está en mínimos desde la creación de la zona euro.Así, la rentabilidad del bund -que se mueve a la inversa del precio- ha retrocedido en el mes del 2,7% al 2,11% y la del bono estadounidense a diez años está ya en el 2,48%.La caída del rendimiento del bund ha contribuido a elevar las primas de riesgo y la española se ha encarecido desde los 154 a los 193 puntos básicos de ayer.
El oro reivindica su papel de refugio y sube el 5,5% en el mes
El oro ha confirmado su condición de valor refugio en el último mes, en que los inversores han acentuado su predilección por los activos de máxima calidad. Su precio ha subido el 5,5% en agosto y se aproxima a los niveles récord alcanzados en junio. Está en los 1.246 dólares por onza, en niveles de hace dos meses y a una distancia de máximos de tan sólo diez dólares.Reflejo de la inquietud por el rumbo de la economía, la demanda de oro para inversión se disparó en el segundo trimestre del año el 118% frente al mismo periodo del año anterior y un 159% respecto al primer trimestre, en buena parte por las adquisiciones de fondos cotizados.
Las cifras
11% es la oscilación del Ibex entre el máximo cierre alcanzado en el mes de agosto, en los 10.871,4 puntos, y el mínimo, en 9.894.193 es la prima de riesgo de la deuda soberana española, que ha subido en los últimos días al nivel de mediados de julio.1.040 es el soporte actual del S&P, que se conserva pese al miedo a la recesión.