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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El ajuste hace mejorar las cuentas

El duro ajuste presupuestario aprobado por el Gobierno está dando resultados tangibles: el déficit fiscal se ha reducido en los siete primeros meses del año a la mitad si se compara con el mismo periodo del año anterior. Un logro que se ha conseguido tanto por el lado de los ingresos, que en el periodo han aumentado un 10,4%, como por los gastos, que se han reducido un 2,4%. Se van cumpliendo así los duros objetivos marcados por el Gobierno, aunque impuestos desde Bruselas y por los mercados, de dar la vuelta al desfase presupuestario para situarlo este año en el 9,3% del PIB. Estos resultados cargan de argumentos al Ejecutivo para defender su voluntad de ajustar las cuentas, que debe ser reconocida por los mercados y por los socios comunitarios, pero también, por los adversarios políticos que decidan no negar la realidad.

Viendo cómo se han comportado las cuentas en julio, primer mes de la entrada en vigor de la subida del IVA, parece no haber sido esta una decisión equivocada. El total de ingresos del pasado mes es un 28% superior a julio de 2009, con un espectacular aumento en la recaudación del IVA, que se ha duplicado hasta casi 7.500 millones de euros. Además, la mayoría de tributos, con excepción del de Sociedades, que sigue en negativo en el conjunto del año, también han mejorado su comportamiento, permitiendo una esperanza en la recuperación de la financiación ordinaria del Estado. Si el resto del año se mantuvieran ritmos similares, y se recupera Sociedades, podría bastar para cumplir el objetivo de reducción de déficit este ejercicio, aunque es difícil encontrar expertos optimistas con respecto al segundo semestre.

Julio también ha arrojado buenas perspectivas en el apartado del gasto. El coste de las prestaciones de los desempleados ha descendido en casi 3.000 millones en los siete primeros meses y la rebaja de las nóminas públicas empieza a notarse en las cifras presupuestarias. Sólo el coste de los intereses de la deuda sigue disparado, algo que deberá ir moderándose en los próximos meses.

Es la primera vez desde el inicio de la crisis en que las cuentas públicas dan un respiro. Pero conviene no olvidar que el déficit volverá a crecer previsiblemente el último cuatrimestre, cuando se acumulan muchos pagos públicos. El Gobierno debe mantenerse vigilante. Es indispensable que cumpla su compromiso, porque de ello depende fortalecer la confianza en la economía y la Administración españolas.

Lo más duro puede estar ya hecho, con el consiguiente desgaste político de medidas como subir impuestos, bajar el sueldo a los funcionarios o congelar las pensiones. Igualmente, se ha sometido a la economía al riesgo de poner en peligro la recuperación al suprimir estímulos fiscales y recortar la inversión en infraestructuras. El segundo semestre se presenta complicado política, social y económicamente. Por eso será muy conveniente no pasarse en la frenada.

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