¿Qué tiene la cerveza que tanto gusta a los inversores?
Cualquier turista puede recorrer el mundo y hacer una pausa en el camino con una cerveza en la mano, ya sea una alemana de trigo, una holandesa en botella verde, una made in USA o una nipona de exótico aroma.
Es prácticamente imposible no encontrar en cualquier rincón del globo alguna enseña cervecera de renombre que permita al viajero estar un poquito más cerca de casa. Pero en este sector, la globalización es engañosa, ya que ha borrado casi por completo las banderas nacionales. Una de lasmás tradicionales enseñas yanquis, Budweiser, es propiedad desde hace dos años de la belga InBev. La misma multinacional que es dueña de la marca emblema de los brasileños Brahma y de la muy germana Franziskaner. Lo mismo le pasa a la italiana Peroni Nastro Azzurro o a la checa Pilsner Urquel, que no tienen nada que ver con sus países de origen, sino que están controladas por el gigante sudafricano SABMiller.
Y esta última trata de dar un paso más y convertirse en la propietaria de la cerveza australiana por excelencia Foster's. Un movimiento que le permitiría recuperar el terreno perdido frente a InBev que gracias a Budweiser se ha convertido en la compañía más relevante del mundo en la producción de la famosa bebida a base de malta, lúpulo y agua. El objetivo del grupo sudafricano, cuya sede está en la City londinense, no sólo es mejorar su cuota de mercado sino además ganar peso en uno de los mercados donde los márgenes de beneficio son más rentables. La compra de Foster's le permitiría hacerse con el control del 50% del mercado australiano y, al mismo tiempo, dominar una de las marcas más exportables.
Precisamente, Foster's presentó ayer resultados y no quiso ni confirmar ni desmentir si está o no en venta. Sí desveló que en el último ejercicio su beneficio ha retrocedido un 4,1% y se sitúa en los 711,3 millones de dólares australianos (unos 497 millones de euros). También confirmó que su matriz Foster's Carlton & United Breweries tiene intención de desglosar el negocio del vino del cervecero, previsiblemente, el próximo año.
En España, La Zaragozana (Ambar) e Hijos de Rivera (Estrella Galicia) son los focos de interés
Ante esta operación, los analistas ven mucho más factible que la compañía se desprenda del negocio de la cerveza porque encontrar un comprador para la actividad vinícola es mucho más difícil. Pero ésa es otra historia.
Así, Foster's se perfila como la próxima perla por la que competirán los grandes nombres del sector. De hecho ya hay analistas que apuntan que SABMiller va a tener que buscar un aliado si tiene que pujar al alza y la estadounidense Coors parece ser el aliado perfecto. A fía de hoy, Foster's valdría 8.500 millones de euros.
Su principal rival será, en principio, la japonesa Asahi. Una marca poco conocida en Occidente. Y precisamente por su desconocimiento trata de salir fuera de Asia. Además, tiene que acelerar el paso, ya que su rival local Kirin ya movió ficha hace un año en Australia con la compra de la segunda enseña local, Lion Nathan. De esta forma, Asahi se postula como uno de los actores más activos de cara a los próximos años. Mientras, en España el sector parece tranquilo. Aunque muy probablemente haya mar de fondo. El negocio cervecero en España está prácticamente en manos de dos compañías, Mahou-San Miguel y Heineken. Esta última, también dueña de Cruzcampo y Amstel.
Pero esta dualidad no significa que haya que descartar nuevos movimientos corporativos. Sobre todo porque hay dos pequeñas empresas familiares que despiertan la codicia y el interés de sus competidores ibéricos: Hijos de Rivera (dueña de Estrella Galicia) y La Zaragozana (propietaria de Ambar).
Tanto Heineken como Mahou-San Miguel podrían tener problemas de competencia para realizar nuevas adquisiciones en España. Sobre todo porque la compra de la granadina Alhambra por parte de Mahou ya despertó recelos dentro del sector y la CNC podría poner trabas si se produce algún movimiento por parte de alguna de estas dos empresas.
Pero no sucedería lo mismo, al menos en principio, con el tercer gran nombre del sector en España, el grupo Damm. A diferencia de Heineken y, en menor medida, de Mahou-San Miguel, la compañía catalana sí que ha apostado en los últimos años por la producción de marca blanca. Pero sin descartar su crecimiento vía adquisiciones, así como en otros sectores que considera complementarios. Por ejemplo, es uno de los accionistas de referencia de Ebro Foods, donde controla el 8,8% del capital.
Una diversificación que la convierte en la principal candidata para protagonizar futuros movimientos. De hecho, hay voces dentro del sector cervecero que ya apuntan movimientos de aproximación hacia La Zaragozana, ante el crecimiento que la compañía aragonesa está obteniendo, sin prisa pero sin pausa, en el mercado catalán.
Más difícil es para las compañías españolas dar el salto fuera de España. Y no es porque no lo intenten. Por ejemplo, Mahou ha acelerado en los últimos meses la expansión de San Miguel con su salto a países de Oriente Medio donde pese a ser países musulmanes, el turismo puede ser una fuente de ingresos. Tanto el grupo madrileño como su competidora catalana tratan de ganar terreno en Europa. Pero, aunque lo hagan, aún son pequeñas gotas entre las grandes multinacionales y no son piezas apetecibles. Aunque eso podría cambiar.