S&P rebaja la calificación de la deuda de Irlanda por el coste de su plan de rescate bancario
La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's (S&P) rebajó este martes un peldaño su nota sobre la deuda soberana de Irlanda, desde AA hasta AA-, tras predecir que la economía irlandesa se enfrentará a unos costes sustancialmente mayores de los previstos para poder mantener a flote a las entidades financieras del país que se encuentran en problemas.
Además, y por el mismo motivo, S&P ha atribuido una perspectiva negativa a la deuda soberana irlandesa, lo que supone que podría realizar una nueva rebaja de su nota en los próximos dos años. Una calificación de AA- es la cuarta más alta.
"Los costes fiscales por el apoyo del Gobierno irlandés a su sector financiero han aumentado significativamente respecto a nuestras estimaciones anteriores", señaló S&P en un comunicado. Según esta agencia de calificación crediticia, el Gobierno irlandés necesitará gastar otros 90.000 millones de euros para sostener su sector bancario, y no los 80.000 millones previstos anteriormente.
Dichos costes incluyen el capital utilizado para mejorar la solvencia de las instituciones financieras irlandesas y las pérdidas provenientes de los préstamos bancarios que el Gobierno ha adquirido.
El nerviosismo sobre la situación financiera de Irlanda ha aumentado desde que a principios de agosto el Gobierno irlandés concediera una nueva ayuda de 10.000 millones de euros a la entidad Anglo Irish Bank, una cantidad mayor de la prevista.
El gobernador del Banco Central de Irlanda dijo la semana pasada que el rescate de Anglo le acabaría costando a los contribuyentes más de 25.000 millones de euros. La nueva inyección de capital público para Anglo aumentará la deuda del país al 113 por ciento de su PIB para 2012, señaló S&P.
Dicho nivel de deuda es 1,5 veces mayor que el de la media de los países de la eurozona y está muy por encima de los de otros países que poseen una calificación de deuda similar, como Bélgica y España, añadió la agencia de calificación. "Creemos que el apoyo del Gobierno al sector bancario representa una sustancial y creciente carga fiscal, lo que bajo nuestro punto de vista llevará mucho tiempo revertir", apostilló S&P.