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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Buenas señales en el turismo

Los datos oficiales de turismo, conocidos ayer, confirman las perspectivas de recuperación que maneja el sector para toda la temporada estival. Según el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, en julio llegaron a España como turistas, principalmente a las costas, casi siete millones de extranjeros, un 4,5% más que en julio de 2009 y el mayor incremento en 26 meses, desde mayo de 2008. Es halagüeño por lo que significa de recuperación frente a los dos años anteriores, en los que la caída en julio presentó cifras dramáticas como reflejo de la crisis. Si, como parece, la recuperación se consolida, es la mejor noticia para la primera industria nacional, muy intensiva además en mano de obra.

Los síntomas de recuperación económica en muchos países europeos, con Alemania a la cabeza, han ayudado a esta evolución favorable. En definitiva, los europeos son los principales clientes de la oferta turística española. Sin embargo, tanto o más ha pesado la rebaja de los precios. En ese sentido, la depreciación del euro ha servido también para reactivar la llegada de turistas de Reino Unido -principal mercado emisor hacia España-, de EE UU o de los países nórdicos, que pagan en divisas distintas a la moneda única. Pero también ha influido de manera determinante la reducción de las tarifas de los hoteles, que suman 21 meses consecutivos de rebajas, aunque con una tendencia a la moderación. Lo que explica que se hayan recuperado los índices de alojamiento hotelero tras 20 meses seguidos en retroceso. Los visitantes vuelven a decantarse por pernoctar en hoteles frente a otros alojamientos de menor valor añadido.

Es evidente que el precio sigue siendo un componente competitivo indiscutible en el sector, en el que la oferta mundial crece cada día con nuevos destinos. Sin embargo, precios más ajustados no deben implicar menor calidad ni de la oferta ni del entorno. La apuesta por un turismo de mayor nivel significa mejorar las instalaciones y el servicio sin subir necesariamente las tarifas. Algo que no siempre se ha respetado, especialmente en los años anteriores a la crisis, cuando los precios se dispararon muy por encima de una inflación que, de por sí, ya era más alta que la media europea.

Que nos visiten más turistas es una buena noticia, pero no es la panacea de un sector que debe apostar por aumentar los ingresos por visitante. La última moda del balconing (pasar de una habitación de hotel a otra por la terraza o saltar desde éstas a las piscinas de los hoteles), practicada por grupos de turistas jóvenes, lejos de quedarse en anécdota debe ser una seria señal de alarma sobre lo que algunos viajeros esperan de España y sus instalaciones turísticas. Calidad y cantidad no deben estar reñidas, pero siempre es preferible decantarse por la primera.

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