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Columna
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Más prudencia en la industria aérea

Como si no tuvieran ya suficientes problemas, las compañías aéreas de Europa podrían sabotear pronto su propia recuperación. La mayoría de las aerolíneas tradicionales están añadiendo capacidad pese a la fragilidad del mercado y a los altos precios del combustible. El crecimiento frenará, casi con seguridad, el precio de los billetes, justo cuando comienza a subir. Sería bueno una mayor prudencia en una de las industrias más cíclicas.

Las aerolíneas tienen algunos motivos para ser optimistas. El tráfico se está recuperando y los viajeros de negocios están llenando la parte delantera del avión, una tasa de tráfico que subió un 12% en el primer semestre del año frente al mismo periodo de 2009, según la IATA.

Los precios de los billetes van en aumento. British Airways y Lufthansa elevaron mucho sus ventas por pasajero en el segundo trimestre. Hay más probabilidades de una mayor recuperación (los precios de billetes de avión se siguen situando un 10% y un 15% por debajo de los niveles previos a la crisis, según varias estimaciones.

Pero hay muchas señales de advertencia. En Europa, el crecimiento de la capacidad prevista para el cuarto trimestre ya se está elevando por encima de las previsiones de tráfico. SAS, la aerolínea escandinava, advirtió recientemente que la expansión de las líneas aéreas ya estaba provocando exceso de capacidad en algunos mercados. BA también ha advertido que el crecimiento de los precios se ralentizará en el invierno. La previsión de las aerolíneas europeas sugiere que la capacidad para el trayecto de larga distancia subirá un 8% y un 9% este invierno.

Las aerolíneas tradicionales no pueden permitirse el lujo de dejarse llevar, sobre todo por el comportamiento de los precios del petróleo. Ya fueron demasiado lentas para reducir su capacidad cuando la recesión las golpeó y ahora corren el riesgo de acumularla de nuevo antes de tiempo.

Fiona Maharg-Bravo

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