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El debate sobre la subida fiscal
Tribuna
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Gravar más a los españoles

Erre que erre, impenitente, confundiendo roles, de ministro de fomento, de vicesecretario general, o tal vez de muñidor de nuevos globos sondas. De nuevo el ministro gallego José Blanco lanza a los medios una más que probable subida de impuestos. No le queda otra al gobierno. Se acabó aquello de que era progresista no subir los impuestos, la presión fiscal en suma. Pero el derroche, el despilfarro de las administraciones, recte, de los políticos que las administran, la falta de ingresos, el déficit lacerante y un gasto público desmedido y demediado, ayuno de una ímproba y recta inspección y control, dejan al gobierno una única papeleta. Lo veremos. Pero en vez de hacerlo con rigor, con reflexión, con estudio y con consejo, se empecinan en lanzar órdagos llenos de populismo y demagogia. De un lado que se subirán los impuestos a los ricos. En la medianía de la razón arañan un concepto noción de rico que no satisface a nadie. Recula de nuevo el gobierno también su presidente que dice una cosa y la otra, y calla después de dar aldabonazo a los impuestos a las rentas más altas. Ahora el ministro en una calculada pero torpe vuelta de tuerca señala que somos el país o uno de los países de la Unión Europea con los impuestos más bajos. Se olvida conscientemente de que también somos unos de los países de la Unión con los sueldos más bajos, más raquíticos, como también lo son las pensiones. Que se lo digan a los gallegos y que cada cuál mire a final de mes la pensión que cobra. Acaso se han preocupado de explicárnoslo?

No le queda otra al gobierno, quiera o no quiera, y constreñido por una realidad asfixiante cuando no extenuante del todo, que subir los impuestos a las rentas del trabajo. Serán, seremos, los asalariados sobre los que repercutirá el peso de una lentísima y costosísima recuperación a esta crisis incierta todavía y que no ha tocado aún fondo.

Abel B. Veiga Copo. Profesor de Derecho Mercantil de Icade

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