"En el área científica, la confidencialidad es clave"
Licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid, ha desarrollado toda su carrera profesional, casi 40 años, en el grupo L'Oréal. En la compañía trabajan hoy 3.268 investigadores repartidos por el mundo en 31 centros.
Asegura que cuando finalizó la carrera de Químicas dudaba entre quedarse en la universidad o dirigirse a la empresa, pero el azar y una llamada de un químico de L'Oréal, contacto de su hermano pequeño, acabó por convencerla. "Me pareció maravilloso entrar en el mundo de los cosméticos, en un puesto de laboratorio y de investigación" explica con entusiasmo. Y aclara que "tampoco la I+D en España de hace cuarenta años ofrecía muchas esperanzas económicas".
La situación ha mejorado, pero la investigación sigue siendo la asignatura pendiente del tejido empresarial español, ¿no cree?
Creo que existen compañías españolas que dedican una parte importante de su facturación a la investigación, pero las pequeñas necesitan ese dinero para otras cosas. Por el contrario, todos los grupos grandes tienen que tener una base de investigación porque sino no avanzarían. En L'Oréal, la inversión dedicada a I+D ha pasado del 3,3% de la facturación total al 3,5% actual, lo que supone 609 millones de euros en plena crisis.
¿No sería necesaria una mayor vinculación entre universidad y empresa?
También. Hay compañías que trabajan con universidades, pero en España se da poco. Nosotros tenemos el Programa L'Oréal Unesco para dar visibilidad a la mujer científica. Consiste en cinco becas, dotadas con 20.000 euros, que se otorgan a científicas que han estudiado ya los cuatro año de doctorado y que si no tienen una ayuda no van a poder seguir investigando. Se reciben muchísimas peticiones y en las bases, deben incluir qué institutos las contratarían en caso de tener financiación.
¿Cómo ve el papel del científico en estos momentos?
Si no hubiera habido investigadores, estaríamos sin luz. Los procesos científicos son muy largos y a veces ni siquiera conducen a nada, pero son muy importantes. En todos los campos, hay muchos científicos que dedican su vida a la investigación, para que las aplicaciones sirvan luego de avance al mundo y a la sociedad.
¿Qué tipo de científicos componen la plantilla de L'Oréal?
Hay entre 30 y 35 especialidades diferentes. Son químicos, físicos, farmacéuticos, biólogos, dermatólogos, neurólogos y también muchos informáticos y profesionales de imagen, entre otros. En total, contamos con 3.268 investigadores trabajando en 31 centros repartidos por todo el mundo, con tres núcleos importantes: París, Japón y Estados Unidos. Los equipos son internacionales, incluidos españoles, y durante el pasado año registraron 674 patentes.
¿Cuál es su función?
Cada país dispone de un director científico que somos los que nos desplazamos a París, Japón y Estados Unidos. Además, también soy responsable de las fábricas en España.
Han sido casi 40 años en la empresa, una gran fidelidad...
Conmigo la compañía también ha sido muy fiel. Cada cierto tiempo me han ido marcando posibilidades de cambio. En una época me he ocupado de la química industrial de las fábricas y desde hace doce años llevo la dirección científica. La confidencialidad del profesional es clave en un área como la científica, ya que tenemos acceso a las fórmulas de todas las marcas del grupo. Por tanto, es importante la fidelización.
¿Cuáles son las principales líneas de investigación en L'Oréal?
La compañía está muy centrada en la investigación de piel y cabello. En la piel se centra en envejecimiento, color y el efecto del sol. En el cabello, se tratan dos desafíos: la caída y formación de canas. Una área muy importante es la investigación genética, donde los biólogos moleculares, han sido capaces de identificar qué genes de la piel modulan con una agresión y qué proteínas de reparación fabrican esos genes.
"El cosmético sirve de camino para mejorar la salud"
El efecto psicológico de los cosméticos está ya fuera de dudas. "Hasta ahora se sabía que las mujeres que se maquillan se sienten mejor, pero en el último congreso de químicos cosméticos se presentaron varios estudios científicos que demostraban que las pacientes con anorexia nerviosa tenían mejor percepción de sí mismas cuando se pintaban y que las personas mayores sufrían menos caídas gracias a que andaban más seguras".No han sido los únicos informes en este sentido, según señala Consuelo del Cañizo: "Hubo otro relacionado no ya con la curación del cáncer, sino con un estado de ánimo que hace subir determinados marcadores del sistema inmunológico en beneficio de la salud de las pacientes que padecen esta enfermedad. Se demostró que el cosmético no cura, ni mucho menos, pero sirve de camino para que los pacientes se encuentren mejor". Por eso, L'Oréal colaboró con un programa con el servicio de dermatología del Hospital Ramón y Cajal con el objetivo de que las enfermeras aprendieran a maquillar.No obstante, la responsable científica de L'Oréal deja claro que está prohibido relacionar los productos cosméticos con la salud y publicitarlo. "Un producto cosmético por legislación tiene que ser inocuo para la salud" advierte, "todo lanzamiento debe ir acompañado de una serie de test que aseguren que el producto no va a causar perjuicio a quienes lo usen". El futuro nos depara grandes avances. "Creo que empezaremos a hablar de conceptos como edad biológica que podrá originar que uno sea diez años menor a la edad cronológica".