La vida después de los test de estrés
En los últimos meses, la banca española ha sufrido una auténtica sequía a la hora de obtener financiación en los mercados mayoristas, incluido el interbancario, debido a la incertidumbre sobre la solvencia de nuestros bancos. Con la publicación de los test de estrés, se percibe una ligera mejoría: el diferencial respecto al bono alemán ha caído hasta 150 puntos básicos; algunos bancos han logrado colocar deuda en los últimos días, y el interés a un día en el interbancario (el Eonia) ha caído en los últimos días con aumentos en el volumen negociado. Sin embargo, el euríbor a un año está aumentando hasta llegar al 1,419% el 3 de agosto. Por tanto, la situación dista mucho de la normalización en el interbancario.
Las entidades españolas han utilizado de forma muy intensa las subastas de liquidez del BCE, hasta concentrar el 25% del préstamo neto del eurosistema en junio de este año, con un récord de 126.000 millones de euros. Este es un claro indicador de los problemas de liquidez de la banca española que tienen mucho que ver con su alta dependencia de la financiación externa, con una deuda externa de 788.000 millones que hay que refinanciar y que obliga e algunas entidades a remunerar al 4% los depósitos bancarios para obtener financiación.
La normalización del interbancario y la apertura de los mercados mayoristas son clave para reactivar el crédito en España. Desde verano de 2009 el crédito a las empresas se ha contraído un 3,3%. En un contexto de aumento de la morosidad y de dificultades para obtener financiación, el interrogante es si con el balón de oxígeno de los test de estrés los inversores institucionales van a volver a confiar en la banca española. El problema es que el último dato de la tasa de paro no ayuda en nada a la imagen exterior de nuestra economía y, por extensión, del sector bancario.
Joaquín Maudos. Investigador del IVIE