La educación pendiente
Es obvio que un país con una mala educación está abocado al fracaso. Sin embargo, a pesar de que España arroja índices desastrosos que no resisten las comparaciones internacionales, poco o nada se hace por solucionarlo. Los estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid se quejan, a través del Barómetro Universidad-Sociedad 2010, de la deficiente preparación del Bachillerato, a la que culpan, en parte, del alto fracaso de los universitarios en España. Lógicamente, los principales perjudicados de la baja calidad educativa en España son los alumnos. Así se entiende que los universitarios achaquen a los institutos sus deficiencias formativas, como antes, cuando fueron bachilleres, señalaron a la escuela. En realidad, falla el sistema en su conjunto, por lo que la responsabilidad se reparte entre todos y cada uno de los estamentos educativos, incluida la propia Universidad.
El fracaso del pacto educativo entre el PP y el PSOE fue una irresponsabilidad compartida que lastrará el futuro formativo de las nuevas generaciones. La reforma presentada en primavera por el Gobierno exige el consenso de las comunidades autónomas, responsables en definitiva de ponerla en marcha, lo que abre muchas dudas sobre la eficacia de esta reforma que, además, deja muchos puntos sin resolver.