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Tribuna
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Impulsar la negociación colectiva en la empresa

Los diagnósticos coinciden en que el predominio en España de los convenios colectivos sectoriales provinciales desconecta las condiciones de trabajo y salariales de la productividad, dificulta la adaptación laboral en la empresa y bloquea los procedimientos de flexibilidad interna en la toma de decisiones empresariales. Por ello, existe también cierta coincidencia en la necesidad de dar un mayor protagonismo a la negociación colectiva en la empresa para superar estas deficiencias. Las organizaciones sindicales y empresariales más representativas participan de estos planteamientos al comprometerse, en el acuerdo de 9 de febrero, a reformar la negociación colectiva para mejorar "sus mecanismos de articulación, su papel como procedimiento de fijación de las condiciones de trabajo, su capacidad de adaptación a las necesidades de trabajadores, empresas y sectores y su conexión con la productividad", lo que, inevitablemente, pasa por revitalizar la negociación colectiva.

El Decreto-Ley 10/2010 que reforma el mercado de trabajo no cambia directamente las reglas de la negociación colectiva pero sí introduce fórmulas que, en esta línea, la incentivan. Así, la reforma impide a los convenios sectoriales bloquear los procedimientos de descuelgue salarial y abre espacios flexibles para la celebración de acuerdos colectivos de adaptación de los salarios a situaciones económicamente difíciles. De igual manera, incentiva los acuerdos colectivos de reducción de jornada por causas empresariales y amplía las posibilidades de descuelgue acordado en el tiempo de trabajo, incluyendo su distribución concreta en la empresa. En este marco, la norma permite estos descuelgues mediante, por voluntad de los empleados, la negociación con una comisión designada por la comisión paritaria del convenio aplicable entre representantes de los sindicatos.

La reciente reforma del mercado de trabajo camina en esta buena dirección, pero necesita de cambios más ambiciosos para lograr el objetivo de impulsar definitivamente la negociación colectiva en la empresa. Debería cambiar, con esta finalidad, los sujetos negociadores y las reglas que estructuran nuestra negociación colectiva.

En primer lugar, es necesario adaptar los sujetos negociadores a la realidad empresarial y fortalecer el tejido negocial en la empresa. La apuesta por la negociación colectiva en la empresa no puede articularse en el vacío y exige cambios profundos en el modelo de representantes de los trabajadores, que amplíen el tejido productivo con capacidad para tenerlos y ofrezcan, con carácter general, soluciones concretas a las pequeñas empresas sin representación alguna de trabajadores. En este sentido, sería interesante cambiar las elecciones sindicales del centro de trabajo para, desde esta referencia, otorgar el protagonismo negocial exclusivo a los sindicatos representativos en el ámbito de cada empresa. De igual manera, habría que generalizar en las empresas sin representantes de los trabajadores los mandatos de negociación a comisiones sindicalizadas.

En segundo término, es imprescindible crear un nuevo marco normativo que desincentive los convenios colectivos sectoriales provinciales y motive la celebración de convenios sectoriales estatales y de empresa, en un binomio que, en aras de evitar la competencia desleal entre territorios y de garantizar la flexibilidad laboral, asegure, simultáneamente, la centralización de condiciones laborales con aperturas amplias en el ámbito empresarial. Este objetivo se puede lograr confiando la autorregulación territorial sectorial a los acuerdos entre confederaciones sindicales y empresariales estatales más representativas y dando prioridad aplicativa controlada a los convenios y acuerdos colectivos de empresa. La impulsada negociación colectiva en la empresa necesita del contrapunto de un tejido sólido de convenios colectivos sectoriales estatales que sirva de referencia para los negociadores y de red ante empresas sin convenios o acuerdos colectivos propios.

En definitiva, el conveniente desarrollo y predominio de la negociación colectiva puede lograrse a través de fórmulas de descuelgue respecto a los convenios sectoriales provinciales, en la línea del Decreto-Ley 10/2010, pero exige también cambios más profundos en el sistema de negociación colectiva dirigidos a renovar los sujetos negociadores, los ámbitos convencionales y la propia mentalidad de los actores sociales que participan en la determinación colectiva de las condiciones laborales y salariales.

Jesús Lahera Forteza. Profesor titular de Derecho del Trabajo de la Universidad Complutense

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