Apetito por la deuda, pero con prima elevada
En un ejemplo más de las contradicciones del mercado, el Tesoro español logró colocar ayer holgadamente una abultada emisión de títulos a 15 años, mientras que la prima de riesgo de la deuda soberana española se situaba otra vez en 200 puntos básicos. Como el martes la denostada Grecia o el miércoles Italia y Portugal, los países periféricos europeos no están encontrando problemas para financiarse en los mercados, en los que encuentran incluso una notable sobredemanda en las colocaciones, más incluso que en las emisiones de bonos germanos, en los que la rentabilidad es muy limitada e incluso se corre el riesgo de que sea neutralizada por la inflación. Eso sí: el precio a pagar por una colocación cómoda es demasiado abultado, y parece que el mercado no está dispuesto a renunciar a una rentabilidad que se mueve en todos los casos por encima de dos puntos enteros sobre los títulos alemanes.
En el caso de España, ayer el riesgo país, medido con los tipos de interés en el mercado secundario de la deuda a 10 años, se mantuvo en torno a los 200 puntos básicos. Por mucho que el mercado se acostumbre a semejante rentabilidad, ni los responsables económicos españoles, ni los de ningún país de la zona euro, deben considerarlo definitivo y resignarse a semejante sobrecoste, sobre todo cuando los fundamentales económicos no justifican tal castigo.
La inminente publicación de las pruebas de esfuerzo a las que los supervisores monetarios han sometido a los 91 principales bancos y cajas de Europa despejará en parte el camino para las instituciones españolas, que superarán con holgura la prueba, a juzgar por la información que hasta ahora ha trascendido. Incluso la apelación masiva a la financiación de último recurso del Banco Central Europeo (BCE) debería mejorar con los resultados de las pruebas, aunque no lo haga de forma inmediata. De hecho, los mercados bursátiles ya han comenzado a premiar en las cotizaciones de los bancos la expectativa de un expediente limpio en el caso de la banca de España.
Pero las dudas siguen sobre la deuda soberana, aunque ante el compromiso de remunerar con más de un 5% como la presentada ayer por el Tesoro con títulos a 15 años, la demanda de papel sea elevada. Nada menos que 2,5 euros por cada euro que se emitía puso el mercado sobre la mesa de contratación ayer, y donde al menos la mitad del dinero procedía de no residentes. Y tales dudas ya sólo pueden resolverse vía política económica, concentrándose en decisiones que recompongan el crecimiento, tengan efectos inmediatos de largo plazo sobre el empleo y restauren la confianza en la capacidad de pago de un país que precisa, como el aire que respira, los recursos financieros del exterior. Por tanto, reformas integrales de los mercados, mientras se vela por la estabilidad fiscal estricta.