Cotiza el futbolista 'antimediático'
Con el triunfo en Sudáfrica se revalorizan los jugadores de la selección española
La victoria de La Roja en Sudáfrica cotiza al alza un grupo de futbolistas que ha demostrado su valor en el campo, alcanzando un resultado histórico. El Mundial es un escaparate formidable para los futbolistas e influye de manera determinante en su valor de mercado. Si en mayo se hubiese preguntado por los mejores jugadores del mundo la mayoría hubiera coincidido en dos nombres: Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Pero las dos estrellas mediáticas han fracasado con sus selecciones y ahora todos los focos están puestos sobre los jugadores de La Roja.
Ayer en Sudáfrica cambió la historia y los jugadores de España se han convertido en los más admirados y cotizados del planeta. El caso de Iniesta es paradigmático. Si antes del Mundial su valor en el mercado era de unos 40 millones de euros, se estima que el gol en la final del domingo realza su ficha hasta los 65 millones. El jugador del Barcelona es la antítesis del modelo estrella mediática que representa Ronaldo. El caso de Iniesta es parecido al de Puyol y Xavi, que se formaron juntos en la cantera del Barcelona y han llegado al Olimpo del fútbol con un perfil mediático bajo, una cotización modesta y una imagen más humilde.
La victoria de España representa el triunfo de un modelo de futbolistas alternativo, que desafía las dinámicas de mercado que habían elevado los precios hasta cifras estratosféricas. Este Mundial podría contribuir a pinchar la burbuja que se había montado sobre la escalada de precios, salarios y fichaje que en los últimos años ha marcado el fútbol internacional. Según José María Gay de Liébana, profesor de Economía en la Universidad de Barcelona, el triunfo de España rompe los criterios económicos que regían el mercado de futbolistas. "Es probable que esto reajuste los precios de los futbolistas a cuotas normales o más adecuadas al verdadero valor deportivo de los jugadores", afirma Gay de Liébana, que considera que la lógica de los fichajes de relumbrón pierde su sentido frente al triunfo de la normalidad y de la cantera. Otro factor importante entre el mercado futbolístico y los grandes acontecimientos como el Mundial es la elección de los tiempos de negociación entre clubes. Un valido ejemplo es el caso de David Villa, adquirido por el Barcelona antes del comienzo del torneo, pagando 40 millones de euros al Valencia. El delantero asturiano es uno de los pichichis del Mundial y ha subido su cotización hasta los 55 millones de euros. El Barcelona ha sabido adelantarse al efecto Mundial" y ha contratado al futbolista por un precio inferior al actual. Este tipo de fichaje no es lo más común en el mercado internacional. En la mayoría de los casos, los clubes suelen realizar las grandes contrataciones después de los Mundiales o las Eurocopas, cuando algunos jugadores están sobrevalorados.
El peor momento para fichar un jugador es en verano, después de un Mundial
Como afirman los economistas Kuper y Szymanski en Soccernomics, "el peor momento para adquirir un jugador es en verano, cuando acaba de rendir mucho en un torneo importante", porque el gran efecto mediático hincha los precios. Pagar una cantidad excesiva por las estrellas fugaces encaja en lo que en su libro Moneyball Michael Lewis define como "la tendencia a verse claramente influido por el rendimiento más reciente de un jugador: lo que acaba de hacer no es necesariamente lo que hará en futuro". Esta lógica empresarial contribuye a hinchar el mercado del fichaje y crear la burbuja que han fomentado grandes clubes como el Real Madrid, el Chelsea y el Inter de Milán.