_
_
_
_
Prevista para finales de 2011

Suez prevé doblar su facturación en Australia con otra desalinizadora

Su segunda planta, en Melbourne, será la más grande del hemisferio sur

El siglo XXI ha sido bautizado como "el del agua" por los problemas de escasez de este recurso que afrontará la humanidad. Un reto que ya es el presente de algunas regiones, como Australia, cuyo mapa se divide en un 65% de zonas áridas o semiáridas y un 35% de desiertos. Unas condiciones que se han visto endurecidas por fuertes sequías en los últimos años, obligando a imponer considerables restricciones hídricas a la población. Esta situación ha atraído a las grandes empresas internacionales del sector, a las que la administración australiana ha abierto las puertas de par en par. Destacan entre estas compañías algunas como Acciona o la francesa Suez Environnement. Esta última ha apostado fuertemente por la desalinización en una país donde ocho de cada 10 de sus 22 millones de habitantes se refugian en las costas.

Degremont, la filial del gigante galo para esta actividad concreta, multiplicó su actividad en las antípodas en 2007 con la apertura de la planta desalinizadora de Perth, la cuarta mayor ciudad del país, y el principal núcleo urbano de la costa oeste. Desde entonces, la instalación proporciona un 17% de las necesidades hídricas de esta metrópolis en la que viven 1,5 millones de personas. La gestión de las aguas y los residuos de este estado y del de Victoria supusieron un volumen de negocio de 355 millones de euros en 2009 para Suez Environnement.

"La construcción de la planta de Melbourne casi duplicará la facturación del grupo en Australia", asegura Jean-Louis Chaussade, director general de la compañía. La planta, cuya inauguración está prevista para finales de 2011, proporcionará la cuarta parte del consumo hídrico de esta ciudad, la segunda del país. Aprovechará para ello la tecnología que ya se puso en marcha en Perth. La llamada ósmosis inversa produce agua dulce introduciendo agua marina a presión a través de unas membranas que atrapan el 99% de la sal.

La empresa gala tiene un volumen de negocio en el país de 355 millones

La planta de Melbourne, que será la mayor desalinizadora del hemisferio sur, se abastecerá íntegramente con energías renovables, al igual que ocurre en Perth, gracias a un acuerdo con las "granjas de viento" locales de AGL. æpermil;ste es uno de los argumentos con los que la compañía avanza, tras ganar la concesión pública, en su proactiva campaña por ganarse a los vecinos australianos, fuertemente concienciados con el mantenimiento de su singular ecosistema, y reticentes a aceptar cualquier actividad empresarial que pueda dañarlo.

Inversión de Santander y BBVA

La construcción de las instalaciones de Melbourne supone un inversión total de 2.000 millones de euros. De este montante, el 75% lo desembolsan un grupo de bancos entre los que figuran Santander y BBVA. El resto lo aportan Suez y la empresa constructora de la planta, la australiana Thiess.

Una vez en marcha, Suez disfrutará de la explotación de la planta hasta el año 2039, momento en el cual pasará a manos de la administración australiana. La compañía prevé que el volumen de negocio de la planta ascienda a 1.200 millones de euros en este periodo. La instalación contará con capacidad para proveer de 450.000 metros cúbicos de agua a la ciudad diariamente. La administración cuenta con que la planta soporte la demanda de un tercio de los 4,5 millones de habitantes de la capital de Victoria. Sin embargo, desde Suez afirman que estarán preparados para cubrir prácticamente un 100% de sus necesidades.

"Nuestro crecimiento en Australia ha sido bastante rápido. De dos dígitos", explica Chaussade. "Prevemos aumentar nuestra actividad aquí en los próximos años. Ello dependerá del país, pero también del desarrollo de China y de Asia en general, que necesitan las materias primas de Australia para desarrollarse", añade. "Mientras sigan necesitando agua adicional, empresas como la nuestra tendrán oportunidades", concluye.

"Sólo el 8% del agua está en manos privadas"

El negocio del agua tiene un futuro tan prometedor como limitado será su acceso a la población. Dedicada a su potabilización, gestión y tratamiento, Suez Environnement, sociedad participada en un 35% por la gasística GDF Suez, cerró el pasado ejercicio con una facturación de 12.300 millones de euros. Una cifra que confían en aumentar año a año. "Sólo el 8% del mercado mundial del agua está en manos de empresas privadas. Hay muy pocas concesiones, lo que se puede interpretar como que va a haber más oportunidades de negocio", asume su director general, Jean-Louis Chaussade. Según sus cálculos, sólo el mercado de la desalinización crece un 15% anual y la población mundial está condenada a sufrir cada vez más de "estrés hídrico".

La cifra

2.000 millones de euros es el importe total al que asciende la inversión en la planta desalinizadora de Melbourne.

Más información

Archivado En

_
_