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Boxeo

Las púgiles españolas vienen pegando fuerte

En los últimos años ha aumentado notablemente el número de mujeres que practican boxeo.

Soraya Sánchez, campeona de Europa de peso gallo
Soraya Sánchez, campeona de Europa de peso galloPablo Moreno

Soraya Sánchez es una recepcionista que el pasado mes de junio se proclamó campeona de Europa de boxeo. Se entrena todos los días cuando sale del trabajo y, a pesar del éxito deportivo, sigue compaginando el deporte profesional con una actividad que le proporcione un sueldo. Aunque no obtiene el reconocimiento que se merece, esta madrileña de 31 años sirve de ejemplo para las mujeres que, cada día en mayor número, se deciden a practicar el noble arte del pugilismo.

"Hace unos años era impensable ver a una chica haciendo boxeo", explica José Valenciano, el entrenador de Soraya Sánchez, que cuenta con orgullo cómo en los últimos siete años ha presenciado un aumento progresivo del público femenino en su gimnasio. De los aproximadamente 400 practicantes con que cuenta puede presumir de que actualmente unos 60 son mujeres.

Son chicas que se atrevieron a practicar un deporte diferente y descubrieron coincidencias y diferencias con el retrato de la película Million Dollar Baby. Un ejercicio muy completo en el que prima la técnica, la disciplina y la nobleza por encima del contacto.

Aunque no es lo frecuente, este aumento de practicantes ha hecho que se celebren las primeras veladas compuestas únicamente por mujeres. Las cifras son alentadoras: sólo en Madrid hay cerca de 40 competidoras amateur. De la cantidad sale la calidad, pero por ahora el número de profesionales es pequeño. En la actualidad en España sólo ocho boxeadoras tienen licencia.

Es el caso de Soraya Sánchez, una mujer que se siente una afortunada compaginando sus entrenamientos con su trabajo como recepcionista en el gimnasio. Tiene la sonrisa de quien lleva años sacrificándose por un sueño y lo ha conseguido. Pero, a su vez, la mirada de quien anhela poder vivir exclusivamente del deporte, la gran asignatura pendiente del pugilismo femenino.

El escaso apoyo televisivo aleja a los grandes espónsores y hace que las bolsas en España queden muy lejos de las ganancias que se recibe en EE UU o Alemania. Allí, las mujeres llenan estadios y sus audiencias son millonarias.

En España, un púgil recibe por un combate entre 1.200 y 1.500 euros, mientras que en mujeres no se llega a los 1.000 euros. Muy poco si se tiene en cuenta que realizan entre dos y cuatro peleas al año.

El gran impulso que ha recibido el boxeo femenino ha sido su inclusión por primera vez en unos Juegos Olímpicos. Londres 2012 será el reconocimiento a miles de mujeres que lucharon por romper barreras.

La pionera

María Jesús Rosa fue la pionera. La encargada de abrir el camino en 1999 cuando se convirtió en la primera mujer española en debutar como profesional. La madrileña situó el listón en un lugar prácticamente inalcanzable, al conquistar cuatro campeonatos de Europa y uno del mundo. El colofón a su carrera se produjo en 2005 cuando plantó cara a la alemana Regina Halmich, considerada la mejor boxeadora de todos los tiempos, aunque acabó perdiendo a los puntos en una polémica decisión dividida.

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