El emprendedor viajero
Un aventurero innato que deja huella en cada puesto que ocupa. Empresario y político, ha renovado como presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio.
Su vocación de empresario emerge desde el propio seno familiar. Este emprendedor innato e inquieto, con origen en la burguesía alicantina, fue uno de los responsables de revolucionar el sector educativo y empresarial español. Su anhelo por abrir España al mundo se produce en un contexto sociopolítico delicado: durante el proceso de construcción de la democracia española y en una sociedad muy marcada por los vestigios del franquismo. Javier Gómez-Navarro (Madrid, 1945) comienza así su prolífica carrera profesional. Una trayectoria que combina a la vez con la política, tras su entrada en las filas del PSOE.
"Javier viene de una familia numerosa y adinerada. Pero desde muy joven tenía ideas comunistas", afirma una persona de su entorno familiar. Este ingeniero industrial especializado en Química participa, apenas dos años después de haber comenzado a ejercer su profesión, en la elaboración del primer Plan Energético Nacional (PEN).
Pero Gómez-Navarro quería desarrollar sus propios negocios. Aprovechando su pasión por los viajes, crea la revista Viajar, la primera publicación enfocada a esta actividad en España y de la cual fue editor y principal accionista. Además, es uno de los impulsores de la Feria Internacional de Turismo (Fitur), que se ha convertido en referente mundial del sector.
Sus ambiciones no terminan ahí. Entre los logros que resaltan sus colegas están la participación, junto a la familia Valera Ortega, en la creación de la Fundación Ortega y Gasset. "Javier fomenta la idea de que las universidades no pueden estar de espaldas a la empresa y la necesidad de que tienen que internacionalizarse", señala Jesús Sánchez Lambás, director general de la fundación -que ayer mismo anunció su fusión con la Gregorio Marañón-. Gómez-Navarro estrecha entonces lazos con universidades norteamericanas, europeas y asiáticas. "Atrae a gente brillante", tanto profesores como alumnos, recalca Lambás.
Javier es para sus colegas y amigos una persona franca, seria, pero simpática; inteligente, con capacidad pedagógica, comprometida socialmente y de una integridad absoluta. Posee un gran sentido del humor y le encantan las comidas y las sobremesas. Un comunicador incansable. Esta habilidad ha sido clave en los cargos ocupados, sobre todo en su gestión al frente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio. Un ejemplo es la campaña Esto sólo lo arreglamos entre todos, que impulsó este año desde la organización para fomentar el optimismo empresarial y social ante la desconfianza heredada de la crisis.
Por su gestión en las Cámaras, Javier Gómez-Navarro ha sido reelegido esta semana como presidente, hasta 2014. Su candidatura fue la única que se presentó y contó con 84 votos a favor y seis en blanco, de los 90 emitidos. En este nuevo periodo priorizará el apoyo a pymes y emprendedores. "Se ha ganado los lugares en los que ha estado. Sabe trabajar en equipo, explica con claridad sus objetivos y su sólida preparación económica le vale tanto para ser ministro como para dirigir las Cámaras", apunta Narcís Serra, presidente de Caixa Catalunya.
"Javier es muy vitalista, una cualidad que se agradece en el campo empresarial y político en el que se ha desarrollado. Hace amigos por donde pasa", añade Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, presidente del Teatro Real.
Su carrera política, en cambio, fue corta pero intensa, según sus allegados. "Se embarcó en la travesía de la izquierda moderada. Trabajó junto a otros compañeros jóvenes en la idea de la socialdemocracia. Dejar atrás el conservadurismo y retomar las bases del republicanismo en el sentido de una política socialista y modernizada", matiza Sánchez Lambás.
Sacar adelante los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y la Ley del Deporte fueron las dos actuaciones que marcaron su gestión como secretario de Estado del Consejo Superior de Deportes en 1987, en el Gobierno de Felipe González. "Trabajamos muchas horas y en una visita a Seúl para ver la organización de los Juegos Olímpicos de 1988, montó una actividad frenética y ¡se quedó dormido de pie! æpermil;l es así, hiperactivo hasta que se produce el frenazo", recuerda con simpatía Rafael Cortés Elvira, rector de la Universidad Camilo José Cela y por entonces compañero en el ministerio.
En Comercio y Turismo (1993), promociona el Plan Marco de Competitividad del Turismo y la Ley de Ordenación del Comercio Minorista, que sirvieron de base para reformar la actividad turística y comercial española.
En 1996, retoma la actividad privada. Una vida política corta, intensa y con defectos: "Que no se queda callado y esto es un problema en política", asegura una persona de su entorno. Cortés Elvira agrega: "Es un poco impulsivo en el uso de la palabra. Pero es parte de su personalidad. No es consciente de ello. No pone freno entre lo que piensa y lo que dice y eso le ha generado muchos disgustos". Al final, estas dos facetas, la de empresario y político, "son una mezcla constructiva", opina Serra.
Es un empedernido coleccionista de libros de viajes, está casado, tiene una hija y a sus 64 años sigue siendo muy activo. Además de ser el máximo representante de las Cámaras, es presidente de Aldeasa, del Grupo Autogrill España y consejero de Iberia. Su espíritu emprendedor no cesa y su meta es transmitir esa energía y un mayor sentido europeísta a unos rezagados empresarios españoles.