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Carlos Matos. Consejero delegado de Procter & Gamble

"Trabajar en una multinacional aporta valor"

Pasó dos décadas en Gillette, compañía que fue adquirida por la multinacional de productos de consumo estadounidense Procter & Gamble (P&G). Carlos Matos, nacido en Lisboa hace 51 años, es licenciado en Empresariales y ha desempeñado su carrera profesional en países como Italia y Grecia, donde codirigió la integración de las operaciones tras la adquisición de Gillette por P&G. En abril de 2006 fue nombrado vicepresidente y consejero delegado de P&G Grecia, cargo que ocupó hasta hace dos años, cuando fue trasladado a España.

Trabajó en Arthur Andersen, ¿qué aprendió en la auditora?

Estuve cuatro años, en el área de gran consumo, y sobre todo aprendí a estar siempre orientado a buenos resultados. He sido arturito, y ahora soy procteriano.

¿Perdone?

En Procter & Gamble somos procterianos, es nuestra seña de identidad, sobre todo porque nosotros sólo contratamos a gente directamente de la universidad, a la que promocionamos. Nuestras promociones son internas, aunque también se incorpora a gente a través de las adquisiciones de empresas que hace la compañía. Son las dos únicas alternativas para entrar. Es el complemento perfecto. Nuestro nivel de desarrollo, de compromiso, de competir y de disfrutar de nuestra empresa es lo que nos hace únicos. Valoro sobre todo las sinergias y las cosas en común que tenemos los profesionales de las distintas empresas que forman lo que es ahora la compañía. El proceso de integración es enriquecedor porque fomenta el compromiso, el trabajo en equipo y los valores comunes.

¿Es difícil la integración de las empresas dentro de una misma cultura?

Puedo hablar por mi caso, el de Gillette, que fue muy positivo. Era el caso de dos culturas multinacionales, americanas, en las que los valores de integridad, responsabilidad y liderazgo eran muy fuertes. Cuando se adquiere una compañía se tienen cosas en común, aunque la forma de trabajar y las prácticas sean diferentes, pero está en la capacidad de uno sumar y no restar. Yo soy un procteriano de Gillette, y he tenido un gran desarrollo profesional dentro de la empresa. Me siento uno más, como en casa.

¿Cuáles son esos principios que caracterizan a Procter & Gamble y que le han atrapado?

En primer lugar, la informalidad en el estilo. Por ejemplo, no llevamos corbata, aunque yo me la he puesto por la entrevista y me la pongo por respeto a los clientes. También tenemos incorporada la cultura de espacio abierto. Yo no tengo despacho, y eso demuestra una forma de ser y unas prácticas empresariales que me gustan. Cuando era arturito entendí que hay otras formas de trabajar, y a mí me gusta acercarme a la gente. Al final no es cómo te vistas sino cómo hables, te integres y esos pequeños detalles que te hacen diferente. Eso me gusta, y lo que más he valorado es la cercanía.

¿Por qué cree que confiaron en usted para concederle la máxima responsabilidad?

Creo que valoraron mi estilo personal, sin complejos y desde que el primer día me sentí como uno más dentro de la empresa. Siempre tienes que asumir una gran responsabilidad y estar predispuesto a aceptar cualquier responsabilidad. En España somos 200 profesionales y un tercio procede de Gillette. Lo importante es adaptarse a todas las circunstancias.

¿Cómo llega una empresa a ser procteriana, como ustedes se autodenominan?

Depende de la empresa adquirida, de su dimensión, pero hay distintas fases. Existe un primer momento crítico, que tiene una duración de un año, en el que la organización empieza a converger y en el que hay que ser respetuoso con todas las personas invitadas a continuar en el proyecto. El momento más complejo es en el primer año. Después, así se hizo en el caso de Gillette, hay que buscar y analizar la duplicidad de puestos porque se ha de buscar al mejor. En Gillette había una buena organización de gestores de puntos de venta, y la hemos incorporado a Procter. Estoy muy orgulloso. Las buenas prácticas implican no absorber de manera salvaje a la empresa que se adquiere. Hay que saber capitalizar las diferencias y ser muy cuidadoso a la hora de valorar los recursos que se adquieren. El know-how (saber hacer) hay que perservarlo. La mayoría de las adquisiciones fracasa porque se menosprecia la parte adquirida.

Antes comentaba que sólo fichan a recién licenciados, ¿qué supone para un universitario incorporarse a una multinacional como ésta?

Conseguimos atraer a gente excepcional y lo que les aporta a ellos es una gran expectativa al trabajar en una empresa seria. Ofrecemos gran formación y la posibilidad de desarrollar una carrera interesante, que nos gustaría que fuera para toda la vida. Además, una parte de nuestros profesionales puede pasar un tiempo fuera de España, lo que es un elemento que es muy bien valorado. La empresa ofrece la posibilidad de hacer carrera internacional, lo que te permite maximizar el potencial al más alto nivel. Un universitario puede llegar a ser primer ejecutivo, a liderar Procter & Gamble.

¿Hay candidatos bien colocados?

En estos momentos, hay varios españoles y portugueses con posibilidad de estar ahí. El número uno en el área comercial es español. El presidente de una de las marcas, de Braun, ha sido tesorero de la corporación. En estos momentos, tenemos a 30 personas en Ginebra con muchas posibilidades. Trabajar en una multinacional aporta valor añadido porque se trabaja en muchas categorías y ubicaciones geográficas.

Pocas empresas ofrecen una carrera a lo largo de la vida.

Para nosotros es muy importante. Somos exigentes en términos de resultados, pero con grandes oportunidades para hacer carrera dentro de una única empresa, a la vez que trabajas para distintas marcas y en distintos lugares. No conozco sitio mejor para hacer carrera.

¿Los jóvenes entienden este planteamiento?

Sobre todo la posibilidad de hacer carrera internacional es un polo de atracción. Tengo hijos veinteañeros y entiendo la forma de pensar de los jóvenes, que no entienden que alguien se quede a trabajar en una empresa para toda la vida. Pero aquí te sientes que creces como persona y como profesional sin necesidad de salir de aquí. Vas creciendo y cuando te das cuenta llevas aquí 30 años.

¿Cómo están atacando la crisis que afecta al consumo?

Sobre todo estamos siendo más agresivos comercialmente, en términos de publicidad, y sobre todo estamos concienciando a la gente que comprar bien no es comprar más barato sino productos de valor añadido. Por ejemplo, nuestras marcas líderes, como Ariel, Oral B y Fairy, resisten bien a la crisis. Hemos sabido innovar, con productos que satisfacen las necesidades del consumidor, que ve la rentabilidad de un producto, que apuesta por la innovación.

Los hombres se afeitan menos

Una vez al mes lo reserva para pasarlo en casa de un consumidor, elegido a través de una agencia de selección. "Me paso una mañana en su casa, en la cocina, viendo qué productos de baño y de limpieza consume, y por la tarde hago la compra con el cliente". Carlos Matos recibe información valiosa con esta experiencia. La última vez estuvo en un domicilio del popular barrio de Vallecas en Madrid. "Esto me sirve para descubrir cómo impacta la crisis en las marcas". Una de las más afectadas es la del afeitado masculino, aunque asegura que la marca Gillette sigue siendo líder. "Hay un gran impacto debido al paro, ya que no hay que afeitarse para ir a trabajar". En cuanto a las marcas de distribución, las conocidas marcas blancas, asegura que cumplen su papel, siempre y cuando el consumidor tenga conocimiento del producto que compra en todo momento.

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