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Columna
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Telefónica, cerca del pacto con Vivo

Telefónica se acerca a un acuerdo con Vivo. La acción de oro empleada por el Gobierno luso en Portugal Telecom ha sido declarada ilegal por el Tribunal de Justicia de la UE. Lo ocurrido la semana pasada sugiere que no era la última palabra, cuando Portugal utilizó su cuota de participación en PT para vetar la oferta de 7.150 millones de euros de la operadora de telecomunicaciones española Telefónica para adquirir el operador brasileño Vivo.

Un funcionario del Gobierno dijo que Portugal va a cumplir con la sentencia del TJCE. Esto parece indicar una voluntad de abandonar su oposición sin reservas a la oferta de Telefónica, que los accionistas de PT aprobaron por el 74% de los votos emitidos. PT dice que está dispuesta "a analizar las opciones que optimizan las ventajas para ambas partes".

Pero la reacción del mercado sugiere todavía incertidumbres persistentes aún después de la esperada decisión del Tribunal. Las acciones de PT cayeron alrededor del 1% hasta 8,6 euros, muy por debajo de los 10 euros previstos por los analistas si PT aceptaba la última oferta de Telefónica. Los accionistas tienen motivos para ser cautelosos. Portugal espera que la demanda hecha por Telefónica permita al Gobierno retirarse con algo de dignidad. La oferta de la española expira el próximo día 16. Un nuevo acuerdo puede ser negociado, pero podría tardar meses, demasiado tiempo para que algunos se sientan expuestos a Portugal. La estructura de cualquier compromiso es incierta. Telefónica ya ha elevado su oferta en dos ocasiones, pero todavía puede encontrar concesiones suficientes para que el reclamo del Gobierno parezca una especie de victoria. Por ejemplo, se podrían establecer call centers de Vivo en Portugal, comprometiéndose a tener menos control o a comprar la participación de PT en la joint venture brasileña en un periodo más largo.

Telefónica había amenazado antes con tratar de bloquear los dividendos de Vivo, pero una batalla legal podría prolongarse y destruir el valor de la empresa conjunta de móviles. Sería preferible un diálogo constructivo y el Gobierno portugués parece reconocer que lo más prudente es un retiro negociado.

Una Galani

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