El 'caso L'Oreal' salpica a Sarkozy y deja en la cuerda floja a su ministro de Trabajo
La transcendencia del litigio que mantiene la heredera de L?Oreal con su hija por una fortuna valorada en 16.900 millones está superando todos los límites imaginables. Según la declaración de una ex contable de L?Oreal, la heredera financió en 2007 a varios políticos de derechas.
Lo que empezó como un romance entre Lilliane Bettencourt, heredera de la fortuna de LOreal y el fotógrafo Jean-Marie Bannier, puede terminar convirtiéndose en un problema para el Gobierno de Sarkozy.
El mayor afectado de este juego de espías y cuentas suizas está siendo el ministro de Trabajo francés, Eric Woerth, al que se le acusa de recibir varios sobres con 150.000 euros de parte de la Lilliane Bettencourt. Un dinero, que según algunas informaciones habría servido para financiar la campaña electoral de su partido en 2007.
La historia ha cogido mayor revuelo aún, cuando se ha conocido que la mujer de Woerth trabajó como asesora de Bettencourt hasta que se destapara el escándalo.
El Elíseo niega toda implicación en el caso
Por su parte el Ejecutivo francés se apresuró a negar la acusación de que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, recibiera para su campaña electoral de 2007 sobres con 150.000 euros de la heredera de L'Oréal, Lilliane Bettencourt. "Todo eso es falso", subrayó el Elíseo en una primera y sucinta reacción hoy cuando se hicieron públicas las revelaciones.
Un desmentido que no es suficiente para la oposición, los socialistas franceses, que en boca de su dirigente François Hollande consideran que "estamos ante un gran escándalo".