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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Todos llevamos un entrenador dentro

Lo del fútbol es un fenómeno inexplicable, y, en estos momentos, el Mundial nos está sirviendo de terapia, está siendo la válvula de escape de otros asuntos más problemáticos. Vayas donde vayas, casi todo el mundo habla de lo mismo. No soy de llevar banderitas de España, pero si por algo me gusta este campeonato, además de por el buen rollo que transmiten nuestros jugadores, alejados de esa imagen rancia de antaño, es porque balcones, terrazas y ventanas se adornan con la rojigualda. Se está recuperando la enseña nacional, que siempre ha estado vinculada, nunca he entendido muy bien por qué, a un determinado bando que se la ha apropiado y la ha exhibido sin pudor durante largo tiempo. Está muy bien que el fútbol nos devuelva los símbolos.

Este deporte lo pone todo en su sitio. O lo descoloca, no sé. Hasta saca a ese gran entrenador que todos llevamos dentro, y a la mínima, nada más que tenemos a un interlocutor que nos concede un minuto de atención, le dibujamos nuestra propia alineación. Y machacamos, sin ningún tipo de complejo, el trabajo del seleccionador. Pobre Del Bosque, si nos oyera. "Pero cómo juega España con dos pivotes". O: "No tenemos juego por las bandas, ¿por qué no saca a Navas?". ¿Por qué? O: "¿Pero cómo pone a Villa de pareja con Torres, si cuando mejor rinde es solo?". ¿A quién se le ocurre? Y así, hasta el infinito. Porque lo que es cierto es que nadie coincide con nadie en los planteamientos de un partido. Curioso.

Es como cuando en una empresa se producen movimientos en los puestos. Siempre tenemos nosotros la solución, que casi nunca coincide con la decisión tomada por el equipo directivo, y el perfil idóneo para la posición que hay que cubrir. "¿A quién se le ocurre poner a Martínez en ventas? Todo el mundo sabe que este tío es borde y si algo no tiene es don de gentes. Yo habría puesto a Ferreira". "¿Pero qué dices, Ferreira? A ese puesto le va mejor Lourdes, ella sí que lo haría bien". "¿Y Gómez, que lleva mil años en ese departamento, esperando el ascenso?". En fin, todos somos grandes seleccionadores, también nos gusta ser árbitros, aunque no lo sepamos. Hasta el metomentodo Sarkozy tiene espíritu de técnico y ha elevado a cuestión de Estado la derrota de Francia. No me imagino a Zapatero llamando a Casillas para pedirle una explicación por el desastre.

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