Bruselas y Washington firman un nuevo acuerdo de "cielos abiertos"
La Unión Europea y Estados Unidos han dado hoy un paso más en la liberalización de su espacio aéreo con la firma de la segunda fase del acuerdo de "cielos abiertos", por el que aerolíneas de ambos lados del Atlántico pueden volar desde cualquier punto de Europa o Estados Unidos.
El texto lo han firmado en Luxemburgo los veintisiete ministros de Transporte -entre ellos el titular español de Fomento, José Blanco-; la vicesecretaria de Aviación Civil de EEUU, Susan Kourland; la embajadora estadounidense en Luxemburgo, Cynthia Stroum, y el comisario europeo de Transporte, Sim Kallas.
Nuevas rutas y mayor capacidad de inversión en aerolíneas del otro lado del Atlántico son las principales prerrogativas paras las empresas aeronáuticas, que conseguirán aumentar su competitividad a partir de la reducción de costes.
El ministro Blanco, que dirige hoy el último consejo de Transporte bajo presidencia española, ha destacado a la prensa que el acuerdo es un éxito de la "economía sostenible" ya que tanto Bruselas como Washington se comprometen a través del acuerdo a reducir sus emisiones de CO2 a la atmósfera.
El comisario Kallas ha destacado que este nuevo pacto transatlántico reportará unos beneficios de 12.000 millones de euros y la creación de unos 80.000 millones de empleos dado que la UE y EEUU representan el 60 por ciento del mercado aeronáutico mundial.
La estadounidense Susan Kourland ha querido destacar "el paso adelante" que representa el acuerdo en la consecución de los "retos medioambientales" a los que se enfrentan ambos lados del Atlántico y dado que la segunda fase del acuerdo prevé nuevos compromisos de reducción de emisiones de CO2.
La vicesecretaria de Aviación de EEUU ha asistido en representación del titular del Departamento de Transporte de EEUU, Ray Lahood, que se excusó ayer por teléfono a José Blanco por no poder asistir por motivos familiares a la firma del acuerdo.
Las negociaciones se han prolongado desde principios de 2007, pues Bruselas pretendía mayor capacidad de inversión en el negocio aéreo americano y Washington reclamaba menos limitaciones al ruido de los vuelos nocturnos en Europa.
La cesión mutua para alcanzar un pacto se ha traducido finalmente en que EEUU se ha comprometido a modificar la limitación del 25% de capital extranjero en sus aerolíneas y Bruselas ha prometido minorar sus normas sobre la contaminación acústica. Bruselas también ha prometido aumentar la cuota de inversión permitida para capital estadounidense en sus aerolíneas.
Aunque el acuerdo permitirá ampliar nuevas rutas transatlánticas, Washington sigue sin permitir a las compañías europeas realizar vuelos domésticos por el interior de Estados Unidos (sí en cambio entre una ciudad estadounidense y un tercer país).