El presidente de BP toma las riendas para restaurar la reputación de la empresa
El presidente de BP, Carl-Henric Svanger, indicó hoy que tomará las riendas para restablecer la reputación de la petrolera británica, ya que el vertido de crudo en el Golfo de México ha pasado de ser un accidente industrial a una "cuestión política".
En una entrevista con la cadena de televisión Sky News, Svanger reconoció que ciertos comentarios del consejero delegado de BP, Tony Hayward -que ha estado a cargo de gestionar la respuesta al desastre-, han "disgustado a algunas personas".
Dijo también que Hayward se fue a Estados Unidos con la misión expresa de resolver la cuestión, pero la contención del derrame, que empezó tras un accidente el pasado 20 de abril en el que murieron 11 personas, no ha ido según lo planeado.
"Todo el mundo pensaba que se haría más rápidamente", afirmó Svanger, en lo que se ha interpretado como una aparente falta de apoyo del presidente de BP para Hayward.
El máximo responsable de la empresa recordó que, como ya se anunció a los accionistas el pasado 4 de junio, la gestión de la respuesta al desastre se trasladará al responsable de América de BP, Bob Dudley, quien velará por el cumplimiento de todas las obligaciones de la compañía.
Según se precisó en esa fecha, BP creará una empresa específica que se encargará de gestionar las tareas de reparación y de hacer frente a los efectos del escape de crudo ocurrido en una de sus plataformas en el Golfo de México.
Durante la entrevista de hoy, Svanberg admitió que lo que empezó como un accidente industrial se ha transformado en un conflicto de mayor alcance.
"Se ha convertido en un asunto de reputación, un apretón económico para BP y un asunto político, y por eso ahora me veréis más a mí", declaró.
Hasta ahora, la estrategia de la empresa había sido que Hayward fuera su principal portavoz, pero las repercusiones políticas de lo ocurrido requieren un cambio de estructura.
"Dado que esto se está convirtiendo en un tipo de crisis diferente, aquí es cuando entro yo", manifestó.
El presidente de la petrolera dijo que el accidente ocurrido en el pozo Deepwater Horizon "era muy poco probable y con graves consecuencias".
Insistió en que la empresa, que ha suspendido el pago de dividendos a sus accionistas para invertir el dinero en solventar la crisis, "es fuerte", y negó que, como ha sugerido el Gobierno ruso, se enfrente a su "desaparición".
"Aún creo firmemente en BP y pienso que saldremos de ésta", afirmó.