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Cursos de la APIE

Caja Madrid y Bancaja estarán unidas 15 años y no descartan una fusión total

La unión que lideran Caja Madrid y Bancaja, y de la que también forman parte Caja Ávila, Rioja, Segovia, Caja Insular de Canarias y Caixa Laietana, tendrá una vigencia de al menos 15 años, aunque sus promotores no descartan que la fusión sea total para evitar los costes del "divorcio".

El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, junto al presidente de Bancaja, José Luis Olivas, prepara su intervención en el curso organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo
El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, junto al presidente de Bancaja, José Luis Olivas, prepara su intervención en el curso organizado por la Universidad Internacional Menéndez PelayoEfe

Así se expresaron hoy los presidentes de Caja Madrid y Bancaja, Rodrigo Rato y José Luis Olivas, respectivamente, en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), donde aparecieron juntos por primera vez tras firmar ayer el protocolo de unión de las siete cajas mediante un Sistema Institucional de Protección (SIP).

En el curso organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), Rato no quiso adelantar cuál será la estructura final que adoptará lo que en principio es una "fusión fría", aunque sí dijo que la separación requeriría de dos años de preaviso y tendría "un coste significativo".

"Un divorcio muy caro", en palabras de Olivas.

Ambos presidentes explicaron que de momento se ha presentado el plan de viabilidad al Banco de España con vistas a los próximos 15 años y que será el consejo de administración de la nueva entidad el que estudie con "más tiempo" una eventual fusión tradicional.

Además, indicaron que en los próximos meses se abre un periodo de toma de decisiones, en el que entre otras cosas, se tendrá que trabajar en la elección de la marca conjunta que adoptarán las entidades fuera de su territorio natural.

Para el presidente de Caja Madrid, el conseguir un mayor tamaño ha sido determinante a la hora de realizar esta operación, aunque entiende la decisión de otras cajas de mantenerse en "un nicho de mercado más pequeño".

Al respecto, Rato aseguró que "no está mal" ser hoy por hoy más grande que La Caixa, aunque señaló que tampoco se llevará "ningún disgusto" si vuelven a la segunda posición de la lista.

Por su parte, el presidente de Bancaja dijo que el objetivo de la fusión no era "ni echar un pulso ni medirse con nadie" y destacó que las relaciones con la caja catalana "son buenas", por lo que no dudarán en colaborar con ella si surgiera la posibilidad.

En cuanto al tamaño del SIP, ninguno de los dos presidentes descartó que se sume otra caja de las nueve que quedan sin anunciar proyectos de fusión, aunque dijeron que de momento no están previstas nuevas incorporaciones.

El presidente de Caja Madrid también explicó que los casi 4.500 millones de euros más intereses, que tendrán que devolver al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), no supondrán un lastre para la cuenta de resultados de la nueva entidad.

Los intereses a pagar se cubrirán con los recursos generados por las sinergias fruto de la integración, según dijo Rato, que supondrán el cierre de unas 500 oficinas y la reducción de la plantilla mediante prejubilaciones -que podría afectar a alrededor de 3.400 personas-.

Rato dijo que hay que tener en cuenta la dotación de provisiones extraordinarias y voluntarias realizadas por las cajas, que en el caso de Bancaja alcanzaron los 1.000 millones de euros en 2009, y en el de Caja Madrid, entre 1.500 y 1.700 millones.

Sobre los acuerdos comerciales de banca-seguros que las siete cajas mantiene con distintas aseguradoras, Rato dijo que será una discusión en la que primará "el interés del grupo en su conjunto".

Respecto a los nuevos requerimientos de capital a los que tendrá que hacer frente el sector, ambos coincidieron en que son necesarios nuevos instrumentos que permitan captar recursos a las cajas, después de las cuotas participativas con derechos políticos, según Olivas, "no sean la solución".

Asimismo, el presidente de Bancaja dijo que "hoy ya no se ve tan lejana" la posibilidad de que las cajas se conviertan en sociedades anónimas de las que la fundación sería el principal accionista y el que realizaría la obra social con el dividendo obtenido.

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