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Sólo se fusionarán firmas medianas y pequeñas

Blanco advierte que sobran empresas en el sector de la construcción

La reducción del gasto público en infraestructuras conllevará una concentración en el gremio de la construcción. Así lo predijo ayer José Blanco, ministro de Fomento, que también indicó que España cuenta con "demasiadas" empresas en el sector. Varios ejecutivos del sector matizaron que las fusiones se darán entre firmas medianas y pequeñas porque las grandes están suficientemente diversificadas.

Las constructoras españolas se encuentran a la cabeza del sector a nivel mundial. Los nombres hablan por sí solos: ACS, FCC, Ferrovial, Sacyr Vallehermoso, Acciona… Pero esto no impide que el gremio afronte momentos duros ante el serio frenazo que experimentará la obra pública española en los próximos años.

José Blanco, ministro de Fomento, anotó ayer en Santander que "probablemente haya demasiadas empresas en la construcción y, con la caída de la inversión pública, habrá un reajuste en el sector". Añadió luego que al recorte de inversión estatal en nuevas infraestructuras se sumará un plan de cierre de líneas convencionales de tren que cuenten con pocos usuarios y el aplazamiento de la construcción de nuevas autovías en las zonas que ya estén conectadas por vías de peaje.

Estas palabras, pronunciadas durante su participación en un seminario organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), fueron rápidamente matizadas por los primeros espadas del sector ahí presentes.

Salvador Alemany, de Abertis, consideró en el mismo acto que "el ministro no hablaba de las grandes constructoras" y aseveró que la compañía que él preside se siente "suficientemente grande para pensar que podemos adoptar una posición de continuidad".

En una línea parecida se pronunció Baldomero Falcones. El máximo responsable de FCC consideró factible que "haya un proceso de consolidación entre las compañías pequeñas y medianas debido a la situación del mercado".

Pero los grandes operadores del sector sienten que su derrotero sigue otro rumbo. Por un lado, está su fuerte apuesta por la internacionalización. "Las empresas españolas hemos aprendido a colaborar con la Administración porque tenemos un marco concesional desde hace muchos años que nos permite saber cómo hacer las cosas cuando vamos fuera", en palabras de Alemany. Luis del Rivero, presidente de Sacyr, destacó también en Santander que su compañía trabaja en cinco continentes distintos.

Y en segundo término figura la diversificación de actividades. Las mayores constructoras tienen sólidos intereses en áreas de actividad tales como la explotación de infraestructuras, la energía o los servicios urbanos y medioambientales.

Por otra parte, las grandes del sector que no estuvieron ayer presentes en el foro, éstas no vieron conveniente pronunciarse sobre las declaraciones del ministro de Fomento. Tampoco las patronales del sector, si bien no descartan hacerlo en los próximos días.

Normas de capital bancario

Las turbulencias financieras iniciadas en el verano de 2007 se han hecho sentir con fuerza en el sector. Los vaivenes financieros de estos tres años han llevado a las principales naciones del mundo a revisar la normativa de solvencia que rige sobre las entidades de crédito. Todo apunta a que se endurecerán sus requisitos de capital a través de una nueva normativa (Basilea III). "Los bancos deberán acomodarse", reflexionaba ayer Baldomero Falcones, un directivo con décadas de experiencia en banca. "La financiación será más cara y, a largo plazo, las empresas debemos reducir nuestro endeudamiento y actuar según criterios de caja y de cash-flow".

El contexto financiero también ha coartado la creación de un mercado de derivados de tráfico. "Esto se ha detenido por el miedo que generan estos instrumentos ante la reducción del tránsito de vehículos por la crisis y la pérdida de prestigio de los propios derivados", afirmó Salvador Alemany.

Un país de sol, hospitales y aeropuertos

Un cambio de modelo económico es duro, costoso y traumático. Como recordaba ayer en Santander Luis del Rivero, presidente de Sacyr Vallehermoso, "para pasar de la economía del ladrillo a Nokia hacen falta 100 años".En opinión de este directivo, la economía nacional debe centrarse en metas más próximas y asequibles, acordes con los puntos fuertes del país. Rivero los identificó uno a uno: "El euro, los hospitales, el sol, las autopistas y los aeropuertos"."California y la ribera mediterránea son los mejores sitios para vivir del mundo por el clima. Y, en nuestro entorno, somos el país más atractivo porque tenemos estabilidad política, la divisa europea y unas infraestructuras adecuadas", sostuvo Del Rivero. Y acto seguido agregó que "por este motivo somos los únicos cualificados para recibir a jubilados de más de 62 años del resto de Europa".Otro punto fuerte que, a juicio del empresario, debe aprovechar el país es la herencia cultural que atesora: la lengua española, muy próxima además a la portuguesa. "A pesar de tener un número de habitantes similar, España no es Ucrania ni Polonia porque cuenta con un idioma que te permite hacer negocios en otros países como si estuvieras en casa", afirmó Del Rivero al intervenir en el seminario de la APIE.

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