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Columna
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BP, defender lo indefendible

¿Ha pasado BP de villano a víctima? Es una opinión que emerge en Reino Unido. La crisis medioambiental en el Golfo de México ha creado una crisis financiera para sus accionistas -caída del precio de las acciones y la deuda en niveles basura-. Algunos británicos están ofreciendo una defensa nacionalista de British Petroleum.

El jefe del organismo Institute of Directors ha condenado la retórica del presidente Barack Obama como "inapropiada", mientras Daily Telegraph dice que Obama tiene su bota en los cuellos de los jubilados británicos. Y Boris Johnson, alcalde de Londres, habla de una cuestión de "interés nacional".

Estas inquietudes parecen fuera de lugar. Un desastre de esta escala estaba destinado a provocar una reacción violenta, cualquiera que sea la nacionalidad de BP. El presidente de EE UU ha presionado a BP para que suspenda su dividendo, bote a su presidente, pague una compensación adecuada y elabore un plan para arreglar la fuga. No es descabellado, habida cuenta de lo mal que la compañía ha manejado la crisis. Tony Hayward, consejero delegado de BP, ha tenido una serie de patinazos de relaciones públicas y lo mejor que podría hacer es anunciar su dimisión tan pronto como la fuga esté taponada.

El presidente, Carl-Henric Svanberg, también ha sido débil y el consejo tampoco supo demostrar su liderazgo en la suspensión del dividendo.

David Cameron se ocupará de la cuestión BP cuando hable con Obama este fin de semana, según Financial Times. El primer ministro de Gran Bretaña deberá tratar de proteger a BP de medidas extremas, tales como la confiscación de activos, así como asegurar que no hay reacciones contra la industria británica. Pero Cameron no puede y no debe defender lo indefendible. Si BP quiere una defensa efectiva, debe mostrar primero más humildad.

Por Hugo Dixon

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