Castilla-La Mancha y Aragón se desmarcan de la subida fiscal
Castilla-La Mancha y Aragón son las dos únicas comunidades gobernadas por el PSOE que no planean elevar a partir de 2011 el IRPF para las rentas altas. Las regiones del PP tampoco secundan la medida y Madrid celebra que asalariados de otros territorios "trasladarán su domicilio" a la comunidad presidida por Esperanza Aguirre.
El pasado viernes, Cataluña anunció una subida de impuestos a las rentas altas. Siete días más tarde, Baleares, Extremadura, Andalucía, Asturias y Cantabria, todas ellas con presencia del PSOE en el Gobierno, han seguido, con variaciones, el camino abierto por la Generalitat.
Castilla-La Mancha y Aragón destacan por ser las dos únicas comunidades socialistas del régimen común -quedan fuera Navarra y País Vasco- que, de momento, no elevarán el impuesto de la renta a los que más ganan.
Aun así, el consejero de Economía de Aragón, Alberto Larraz, matiza que mientras no se terminen los Presupuestos para el próximo año "es difícil" hablar sobre este asunto. Y la portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Isabel Rodríguez, descartó un aumento fiscal.
Las comunidades del PP, por su parte, rechazan elevar el IRPF. De hecho, cuatro de ellas, Madrid, La Rioja, la Comunidad Valenciana y Murcia rebajaron a partir de 2007 los tipos en el tramo autonómico. "Mientras yo sea presidenta, los impuestos no sólo no subirán sino que en lo posible bajarán", afirmó ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Y su consejero de Economía, Antonio Beteta, aseguró que "numerosos ciudadanos" de otros territorios decidirán domiciliarse en Madrid para evitar las "desaforadas" subidas de impuestos. De tal manera que Beteta confía que Madrid, "sin hacer nada" recaude más que las autonomías en las que subirán los impuestos.
Cataluña será la comunidad que más subirá el IRPF, hasta cuatro puntos en el tramo autonómico en 2011. Ello supone que el tipo marginal máximo pasará del 43% al 47%. Sin embargo, un alto directivo con un sueldo en torno a 200.000 euros pagará más impuestos en Extremadura, cuyo tipo marginal ha subido al 46%, un punto menos que en Cataluña. Ello es así porque el Gobierno de Guillermo Fernández Vara elevó el IRPF a partir de 60.000 euros, mientras que Cataluña situó el umbral en 120.000 euros. Un contribuyente extremeño que declare 200.000 euros en el IRPF pagará 80.980 euros a Hacienda y uno catalán abonará al fisco 79.980 euros. En cambio, en Madrid y La Rioja, con tipos más bajos, ese mismo asalariado pagaría 77.597 euros, 3.383 euros menos que en Extremadura, la comunidad más cara fiscalmente para el ejemplo propuesto. La asimetría fiscal deriva del nuevo sistema de financiación que permite a las comunidades crear nuevos tramos en el IRPF.
Zapatero avala el modelo
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió este modelo en aras a la autonomía política. En el mismo sentido se expresó ayer el director general de Tributos, Jesús Gascón, tras participar en unas jornadas fiscales organizadas por El Nuevo Lunes y La Caixa. Gascón, además, defendió que el Gobierno tendrá en cuenta las modificaciones autonómicas ante una eventual modificación del IRPF.
Las comunidades que han aprobado aumentar el impuesto sobre la renta, también anunciaron que subirán el impuesto sobre transmisiones patrimoniales, que grava la compraventa de casas de segunda mano. Además, Andalucía creará un nuevo impuesto sobre los depósitos en las entidades de crédito, tributo que ya existe en Extremadura y que se elevará.
Artificios fiscales
Los contribuyentes deben pagar el impuesto sobre la renta en el territorio donde residen la mayor parte del año. Sin embargo, si no se aplica la deducción por vivienda, se incrementan las posibilidades de sortear esta normativa y tributar en otra comunidad.