Diez razones para no hacer la 'operación biquini'
Los médicos alertan de las consecuencias de seguir dietas milagro ante la llegada del verano
Llega el verano, la piscina, la playa, las ganas de ponerse el bañador o el biquini. En ese momento, tal vez, se noten unos kilos de más ganados en el invierno. La solución para muchos españoles es perder peso en lo que se ha popularizado como operación biquini. Y para ello se suele elegir el camino rápido de adelgazar en pocas semanas bajo una dieta milagro, en ocasiones siguiendo consejos de personas y dietistas no cualificados, con consecuencias para la salud. Aquí se exponen algunas de las advertencias y consejos que los médicos hacen sobre este tipo de camino rápido. La información está elaborada con las opiniones de Pilar García Durruti, endocrinóloga del Hospital Montepríncipe; Neus Vila, nutricionista de la Clínica Universitaria de Navarra, e Irene Bretón Lesmes, de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.
1Los médicos coinciden en que este tipo de dietas nunca son equilibradas. Una adecuada haría perder dos o tres kilos como mucho al mes, siempre bajo supervisión médica, reduciendo entre 1.000 y 500 calorías por día, pero manteniendo todos los grupos de alimentos.
En los casos más graves, estos trastornos pueden conllevar bulimia y anorexia.
2Dejar de tomar hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, cereales), fruta, verdura y lácteos es quitar la base de la pirámide alimentaria, lo que conlleva graves problemas de salud: falta de vitaminas, electrolitos o potasio que mandan a muchas personas a las urgencias por fatigas, pérdida de masa muscular, debilidad, mareos, anemias e incluso descalcificación. No se deben seguir dietas de sólo determinado tipo de fruta o de sólo proteínas o quitar el pan de las comidas, como hacen algunos padres con sus hijos, ya que puede provocar daños en la salud y en el crecimiento.
3Quien crea que va a adelgazar y estabilizarse en ese peso sólo con reducción de alimentos está en un error. La actividad física es fundamental. Para los más mayores, sólo con un paseo de 30 minutos diarios ya es suficiente.
4El efecto rebote está garantizado. Quien pierda kilos con una dieta milagro los recuperará pronto, debido a que no ha aprendido a comer ni a seguir hábitos saludables. Esto provoca frustraciones, porque tras varios intentos no hay resultados perdurables, lo que puede acarrear problemas psicológicos.
5El hambre lleva a las personas a padecer trastornos nerviosos. Lo más común entre quienes siguen un régimen, y asociados en ocasiones al estrés, son los atracones de comida. Una de las pautas más comunes consiste en desayunar lo mínimo, mentalizados en perder peso, y cuando llega la tarde atacar sin control la nevera.
6En los primeros días de reducción de calorías lo único que se pierde es glucógeno; después, masa muscular, y a partir de los diez días, aproximadamente, se empiezan a quemar las reservas de grasas. Si la dieta rápida sólo ha durado diez días, lo único conseguido habrá sido debilitar el cuerpo.
7Se acostumbra al cuerpo a funcionar con menos calorías, así que cuando se vuelve a ingerir más alimentos, el metabolismo basal (el gasto calórico mínimo necesario para el cuerpo) no se recupera del todo y se engorda más fácilmente.
8Mucho cuidado con las pastillas que se toman. Los médicos avisan de que hay muy pocos fármacos que ayuden realmente a adelgazar. La doctora García Durruti advierte que los endocrinólogos están recibiendo en sus consultas a personas con problemas en la tiroides debido a que han tomado pastillas con alto contenido en yodo, recomendadas por una conocida franquicia de adelgazamiento.
9La mayoría de la población no tiene razón alguna para ponerse a dieta. La realidad es que hay una fuerte presión social sobre ciertos tipos de cánones de belleza. Aunque para quien considere que le sobran dos o tres kilos hacer una dieta durante un par de semanas no le supondrá grandes trastornos físicos, lo mejor, según los expertos, es hacer ejercicio físico y llevar hábitos saludables de vida.
10Si se quiere adelgazar, lo primero, tras consultar con el médico, es analizar qué se hace bien y qué mal de la dieta. Hay personas que pican demasiado entre horas, otras que ingieren alimentos hipercalóricos o raciones excesivas. También se debe conocer a qué se quiere renunciar (a lo mejor nunca a una caña por la tarde) para comenzar un plan realista.