El Banco de España pide a Bancaja que pacte una alianza antes del lunes
El reloj corre para Bancaja. El Banco de España le pide que antes del lunes alcance un acuerdo que le permita acceder al FROB. Caja Madrid suena como el aliado más probable.
Bancaja debe aclarar antes del lunes cuál va a ser su futuro. El Banco de España ha marcado ese día como el último en el que aceptará propuestas para acceder al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), instrumento que, en estos momentos, se antoja mucho más necesario que cuando se creó. La caja valenciana está estudiando "distintas opciones", según reconoció ayer su presidente, José Luis Olivas, en una reunión de la comisión ejecutiva. Todo el sector financiero da por hecho que cerrará un pacto con Caja Madrid, aunque no se descartan otras alternativas.
Bancaja se ha encontrado con un escenario que no había previsto cuando decidió que pasaría esta primera fase de fusiones entre cajas sin participar en ningún proceso. Su situación, con ser tan delicada como la de otras entidades por su elevado riesgo inmobiliario, le permitía aguantar este tirón. De hecho, desde la sede de Pintor Sorolla en Valencia se observó con cierta distancia el rocambolesco proceso que vivió CajaMediterráneo (CAM) para constituir una fusión virtual o SIP (Sistema Institucional de Protección) con Cajastur, CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura.
Sin embargo, pese a ver las barbas de su vecino cortar, Bancaja no puso las suyas a remojo. Y varios elementos se han convertido en clave de la actual situación. El Banco de España anunció que iba a exigir mayores provisiones, Fitch le rebajó la calificación a varias cajas y bancos, entre ellas Bancaja y su filial Banco de Valencia, y las fuentes de financiación a las entidades españolas se secaron por completo. A esto hay que añadir otro elemento que completa el círculo: Caja Madrid ha alcanzado un acuerdo con varias cajas de pequeño tamaño y cumple así una de las condiciones del FROB: fusionarse. Pero hay otra condición, que si bien no es obligatoria, sí se tiene en cuenta: que el mayor partícipe de la entidad resultante no tengamás del 75% de los activos.
Caja Madrid no cumple ese objetivo con el SIP planteado y las opciones para que los activos de sus socios superen el 25% son limitadas. Una de ellas es Bancaja, que aportaría más de 111.000 millones a los alrededor de 191.000 de Caja Madrid, sin contar los de Insular de Canarias, Ávila, Segovia, Rioja y Laietana. La caja que preside Rodrigo Rato ha aplazado hasta la semana que viene la reunión del consejo que ha de dar el visto bueno a este acuerdo "por si se produce alguna nueva incorporación".
La posibilidad de que esa incorporación sea Bancaja es el escenario que más fuerza cobra en la actualidad. Oficialmente ninguna de las dos entidades de ahorro confirma las negociaciones, aunque multitud de fuentes de distintos sectores -desde el político, al financiero, pasando por el empresarial- dan por hecho el pacto a falta de algunos flecos. Esas mismas fuentes consultadas por este periódico, tanto en Valencia como enMadrid, apuntan hasta fechas clave: en la última reunión de la CECA, Rato se dirigió a Olivas para empezar a hablar. Esa misma semana, el Banco de España llamó tanto a la Generalitat Valenciana como a Bancaja para advertirles de la urgencia.
Si el pacto progresa, la entidad resultante sería la mayor caja de ahorros de España, por delante de La Caixa, con unos activos próximos a los 338.000 millones, frente a los 279.000 millones de la entidad catalanamás Girona. Lo que estaría por ver es cuántos miles de millones necesita esa entidad del FROB.
Banco de Valencia, clave en la operación
El acuerdo en el que participe finalmente Bancaja tendrá un ingrediente especial: su participación en Banco de Valencia. El 38% que controla la caja en esta entidad -a través de Bancaja Inversiones- resultará clave en la operación, según las distintas fuentes consultadas. No es que esté muy boyante, pero el hecho de que sea un banco ofrece ciertas ventajas de capitalización que no tienen las cajas en este momento.Pero hay otro elemento que tiene más que ver con el entorno político de la operación. El gran debate en el sector empresarial valenciano en las últimas semanas es qué va a ser del sistema financiero autonómico. Y es que tras la operación de Caja Mediterráneo (CAM), a la que se considera que queda bajo el poder de Cajastur con el SIP acordado, y la posible alianza de Bancaja con Caja Madrid, los empresarios ven con mucha preocupación la falta de entidades próximas que financien sus proyectos. El ambiente de decepción se palpaba ayer en el almuerzo organizado por Iberdrola Renovables en Valencia en el que estaba toda la clase empresarial regional.Que José Luis Olivas retenga la presidencia de Banco de Valencia tras la fusión como símbolo de las finanzas valencianas es una opción que se baraja en las negociaciones.