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Sindicatos

CSIF rompe con CC OO y UGT por "ensayar" la huelga general con los funcionarios

"Los empleados públicos nos negamos a ser moneda de cambio en cualquier negociación de la reforma laboral", clamó ayer Domingo Fernández, presidente del sindicato de funcionarios CSIF. Esto fue lo que sucedió, según denunció Fernández, durante el paro general de la función pública del martes. CSIF ha roto desde entonces la unión sindical con CC OO y UGT a las que acusa de "utilizar la huelga para su pulso con el Gobierno", en lugar de para mostrar su oposición a la rebaja salarial del 5% que se ha impuesto a los funcionarios.

"Lo vieron como un ensayo de huelga general", criticó Fernández. Como prueba, destacó que la protesta principal, la que se desarrolló por la tarde frente al Ministerio de Economía no tuvo como protagonistas a los responsables de la función pública de UGT, Julio Lacuerda, y de CC OO, Enrique Fossoul. Tampoco se dejó hablar a ningún portavoz de CSIF. En su lugar, los máximos líderes de las centrales, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, advirtieron al Gobierno de que si la reforma laboral es impuesta, el siguiente paso será la huelga general. Una acción a la que el sindicato de funcionarios se niega a sumarse, por el momento.

De hecho, desde CSIF consideran que la movilización no fue mayor por la falta de implicación de los sindicatos de clase con "el malestar de los empleados públicos". "Muchos tenían miedo de que la protesta fuera utilizada en el pulso que CC OO y UGT mantienen con el Gobierno", dijo Fernández, quién defiende que es justo lo que pasó.

"30% de seguimiento"

El sindicato de funcionarios CSIF cree que el dato de seguimiento del 75% que dieron CC OO y UGT de la huelga fue "precipitado". Por otra parte, consideran irreal el 11% que dio el Gobierno. Para el presidente de la central, Domingo Fernández, la cifra rondó el 30%.

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