El Gobierno presenta una oferta salomónica para la reforma laboral
El Gobierno jugó ayer su última carta para intentar ganarse la firma de sindicatos y patronal en la reforma laboral. Su propuesta pasa por respetar las indemnizaciones que reciben los trabajadores al ser despedidos, a la vez que se crea un fondo que subvencione ocho días de los costes que pagan los empresarios por rescindir los contratos.
La noche, escenario habitual del diálogo social tripartito, reunió ayer al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y a los líderes de la CEOE, CC OO y UGT en el último intento por llegar a un pacto en torno a la reforma laboral. Un proceso en el que llevan meses inmersos. Sobre la mesa, una nueva oferta del Gobierno destinada a desbloquear el mayor punto de conflicto: el eterno debate de los costes del despido. Cuál rey Salomón, el Ejecutivo intentó contentar a unos y a otros mediante una suerte de cuadratura del círculo laboral.
Fuertemente presionado por los mercados y por sus socios europeos, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero tomó hace tiempo la determinación de llevar a cabo la reforma del mercado de trabajo, "con o sin acuerdo". No se resignó, sin embargo, a romper definitivamente con los sindicatos, con quienes ha mantenido una estupenda relación hasta que aprobó el plan de recorte del gasto social que derivó el martes en la primera huelga que sufre en sus dos legislaturas. Un paro general de funcionarios en protesta por el recorte salarial medio del 5%. Para evitar la huelga general con la que CC OO y UGT han amenazado si la reforma laboral "lesiona los derechos de los trabajadores", Zapatero lanzó ayer, por boca de Corbacho, su último órdago.
La propuesta del Gobierno pasa por no rebajar la cuantía de ninguna de las indemnizaciones que reciben los empleados al ser despedidos. El casus belli por definición de los sindicatos. A cambio, a la patronal le ofrece crear un fondo que cubriría parte de los gastos que suponen los despidos al empresario, revelan fuentes cercanas a la administración. El plan, una adaptación del conocido como modelo austriaco, dependería del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) y subvencionaría ocho días de cada indemnización. Abierto a la negociación queda si el fondo sufragaría también los despidos improcedentes, sobre todo los disciplinarios, algo que las centrales rechazaban.
Paralelamente, la intención del Gobierno es aclarar las causas del despido procedente, cuyo coste es de 20 días, para simplificar su utilización a las empresas que acrediten problemas económicos. Lo harían guiándose por la jurisprudencia sentada por el Tribunal Supremo con el objetivo de dar más seguridad al empresario, que ante la incertidumbre de someterse al dictamen de un juez se decantan en el 80% de los casos por el despido exprés. æpermil;ste supone el pago automático de la indemnización máxima, 45 días por año trabajado, pero permite el despido inmediato y sin justificar del trabajador.
Contrato de 33 días
Trabajo reservó un papel estelar también al contrato de 33 días. El modelo de fomento del empleo fue creado en 1997 para insertar a jóvenes y mujeres en el mercado laboral, pero con el tiempo ha terminado generalizándose para casi todos los colectivos. Quedan fuera únicamente los varones de entre 30 y 45 años, e incluso éstos pueden ser contratados así si llevan más de seis meses desempleados. Para incentivar más este modelo, que apenas supone el 18% de los contratos, el Gobierno propone rebajar esta excepción a quienes lleven más de tres meses en el paro.
Al cierre de esta edición, sindicatos patronal y Gobierno seguían reunidos, estudiando si aceptar un preacuerdo sobre esta oferta o si, por el contrario, dar por muerto el último intento de los máximos representantes políticos y sociales por llegar a un acuerdo en la peor crisis del empleo que recuerda el país.
La negociación seguirá abierta hasta el domingo si hay avances
La expectativa anoche era que nadie se levantara de la mesa hasta que definitivamente se diera por rota la negociación de forma oficial o se llegara a un principio de acuerdo. "Si no hay un acuerdo claro, no tiene sentido alargarlo más", defendían desde los sindicatos. A su vez, el líder de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, recibió, en la tarde de ayer, el encargo de sus vicepresidentes de no continuar la negociación si no había avances. De hecho, la patronal ha convocado esta mañana una junta general extraordinaria para valorar la situación. El nuevo documento del Gobierno supuso, sin embargo, una última bocanada de aire para el diálogo social, que podría alargarse hasta el próximo domingo si supone algún avance. Se trataría del enésimo plazo extraordinario que se dan a los negociadores, esta vez sólo para pulir los flecos de un preacuerdo. El lunes, El Gobierno informará del decreto al resto de grupos parlamentarios.
La propuesta incluye también los puntos de mayor consenso
La contratación y el despido son los temas más intrincados de la negociación de la reforma laboral. Sin embargo, el paquete propuesto por el Gobierno incluye también algunos de los puntos que más acercan a patronal y sindicatos. Se trata, por un lado, del plan específico de empleo joven. æpermil;ste supondría hacer más atractivo el contrato de formación, a la vez que se redirigen a este colectivo las bonificaciones.Por otra parte, se impulsaría el llamado modelo alemán. æpermil;ste facilita las reducciones de jornada como alternativa al despido, compensando a los trabajadores afectados con prestaciones. Por último, Trabajo invita a sus interlocutores en el diálogo social tripartito a flexibilizar el funcionamiento interno de las empresas. Un capítulo que deberá ser completado en la pendiente reforma de la negociación colectiva y que podría afectar a al actual modelo de negociación salarial.
16 de junio, el día 'd'
Con o sin acuerdo, y más allá de los plazos que quieran volver a darse sindicatos, patronal y Gobierno, el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero ha advertido que el Consejo de Ministros aprobará la reforma del mercado de trabajo el próximo miércoles 16 de junio.
