Suprimir las subvenciones a la energía reduciría la demanda global en un 5,8%
La eliminación en 2020 de las subvenciones a la energía que están en vigor sobre todo en algunos grandes países emergentes reducirían la demanda global de energía en un 5,8%, con la consiguiente menor presión sobre los precios, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Las emisiones de dióxido de carbono -el principal responsable del calentamiento climático- disminuirían en un 6,9%, de acuerdo con los datos presentados por la AIE con motivo de la reunión ministerial del G-20 celebrada en Corea del Sur el pasado fin de semana.
Pero la evolución en 2008 fue de fuerte incremento de las ayudas al llegar a 556.000 millones de dólares, frente a los 342.000 millones en 2007, señaló hoy el economista jefe de la agencia, Fatih Birol, al comentar a Efe estos datos, que se incluirán en el informe anual de perspectivas energéticas que la organización publicará en noviembre.
Las razones de esta fuerte subida son tres, precisó Birol: la escalada de la cotización del petróleo, un aumento de las ayudas para la compra de la energía en algunos países en respuesta a la crisis económica y cambios en el uso de energía.
Las subvenciones se concentran en grandes países emergentes como China e India y en productores de energía como Rusia, Arabia Saudí o Irán, y en el caso de este último representan un tercio del presupuesto del país, lo que impide realizar inversiones en otros sectores como la educación o la sanidad, subrayó Birol.
El nivel de subvenciones es muy variable, y representa más de la mitad del precio en ciertos países productores de hidrocarburos de Oriente Medio.
El economista jefe subrayó el impacto negativo en términos de eficiencia energética de esos dispositivos de ayuda, ya que son una incitación a malgastar recursos y además frenan el desarrollo de las fuentes renovables, que son más difícilmente rentables.
Además, insistió en que no cumplen el objetivo manifiesto de ayudar a las capas más desfavorecidas de la sociedad, ya que las que terminan beneficiándose son las clases medias y altas.
Por tipos de combustible, en 2008 las subvenciones se dirigieron en particular al consumo de derivados del petróleo (312.000 millones de euros), gas natural (204.000 millones) y al carbón (40.000 millones).