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Valor a examen

El mercado respalda la apuesta brasileña de Telefónica por Vivo

Los analistas destacan el interés estratégico de la operacion, que compensa el alza del precio

La nueva oferta de Telefónica a Portugal Telecom por el 30% de la operadora brasileña Vivo, anunciada el pasado martes, no ha sido mal recibida por analistas, inversores, ni por la temidas agencias de rating. Y es así por varias causas. En primer lugar, que el grupo español haya subido el precio por el paquete de la portuguesa en 800 millones de euros hasta 6.500 millones no ha sido una sorpresa; numerosas sociedades de Bolsa y bancos de inversión señalaron, desde que lanzó la primera propuesta, que tendría que pagar más si quería asegurarse el éxito.

Pero, además, los expertos consideran que el nuevo precio es asumible y no desbarata los beneficios de la operación: "Evidentemente la posición en Vivo para Portugal Telecom es estratégica, por lo que han forzado la subida del precio. Por eso ahora la operación tiene todas las probabilidades de salir adelante", afirma Luis Padrón, de BNP Paribas Fortis.

Añade que, pese al aumento del 14%, la lectura es positiva para el grupo que preside César Alierta, porque se hace una mejora de la oferta sin destruir valor y sin que la deuda se resienta significativamente. Recuerda que Telefónica prevé una sinergias por 2.900 millones de euros por la operación y que Brasil para el grupo español es un mercado vital. "Se entiende y se justifica la nueva oferta", concluye.

Los analistas creen que el escenario de guerra abierta con PT se aleja

Los analistas de Barclays señalan, asimismo, que la cantidad adicional no altera de forma significativa las proyecciones financieras de la operadora, mientras que la probabilidad de que se produzca la transacción ha aumentado.

Y ése es un tema relevante, porque había quedado muy claro que el equipo de Alierta estaba dispuesto a una lucha abierta contra Portugal Telecom, incluso con el lanzamiento de una opa hostil sobre la portuguesa, para hacerse con el control de Vivo. Y los analistas estiman que esa guerra, con salidas inciertas y con implicaciones políticas, podría ser negativa para ambas empresas, pese a que la capitalización bursátil de PT -7.660 millones de euros- esté cerca del precio total que Telefónica deberá abonar por Vivo -7.500 millones con los 700 millones de los minoritarios-.

Con estas opciones en el horizonte, el mercado ha reaccionado bien a la atmósfera de mayor entendimiento que se percibe entre las dos operadoras ibéricas. Telefónica subió los tres días siguientes al anuncio, mientras que Moody's manifestó que tiene capacidad financiera para abordar la operación y Fitch aseguró que no impactará en el rating. Con todo la operadora se deja un 20,8% en el 2010 hasta los 15,4 euros.

Victoria Torre, responsable de análisis de Self Bank, centra su visión en la importancia que el líder brasileño en telefonía móvil tiene para el grupo español, que pasará a aportar el 21% de los ingresos totales, si la oferta tiene éxito. "Creemos que la operación se llevará a cabo, Telefónica no puede dejarse arrebatar Vivo", subraya.

Pero no descarta que, aunque PT someta la decisión a la junta de accionistas, que se celebrará el 30 de junio, se pidan nuevas mejoras en el precio. Agrega que, en ese caso, el margen empezaría a estrecharse.

Pero Telefónica ya ha andado parte del camino. En las últimas semanas ha realizado un road-show para convencer a los inversores extranjeros del grupo portugués de las bondades de una oferta que, al último precio, se hace con una prima del 180%. "Pensamos que se ha dado un paso adelante. La claves está ahora en la aceptación por parte de la junta. Con un mayoría simple se aprobaría, los extranjeros son más proclives a vender y son mayoría", destacan los analistas de Sabadell.

Desde Oddo Securities, se resalta que la propuesta está diseñada para facilitar la vida a PT. Ofrece la posibilidad de que la operación se cierre a tres años mediante pagos aplazados, lo que le ofrecería grandes ventajas: mayor control sobre la caja, más tiempo para realizar inversiones alternativas y finalmente, menor presión de los accionistas para solicitar un dividendo extraordinario sustantivo. Del conjunto de analistas consultados por Bloomberg, un 65% aconseja comprar; un 22,45%, mantener y el 12,2% restante por vender.

Alierta cuida el mensaje sobre dividendos

Entre los eventuales efectos que se han analizado, desde que Telefónica acelerase sus planes para controlar Vivo, ha figurado la posibilidad de que la operadora moderase la remuneración a sus accionistas. Pero César Alierta, buen conocedor de los mecanismos que mueven a los inversores, reiteró en la junta de accionistas celebrada el miércoles los compromisos respecto al pago de dividendos, lo que incluye el mínimo de 1,75 euros por acción en 2012. El mensaje también confirmó los objetivos financieros a corto y medio plazo.Brasil fue, igualmente, un tema estrella, porque es la gran baza para mantener un puesto relevante entre los líderes mundiales de las telecomunicaciones. Si la oferta triunfa, Telefónica se convertirá en el primer grupo sudamericano, con 54 millones de clientes en móviles y más de 15 millones en Telesp (fijo y ADSL). Si bien las cifras ya son muy relevantes -la consolidación de Vivo agregará unos 3.500 millones a los ingresos del grupo-, otro aspecto prometedor es que en ese país de más de 200 millones de personas las tasas de penetración de algunos productos, como el ADSL, son aún muy bajas, pero de un potencial elevadísimo. Citi estima que la integración de Vivo y Telesp proporcionaría a Telefónica sinergias por 3.500 millones de euros.

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