Emergentes: no seamos pájaros de mal agüero
Por todos es conocido nuestro gusto por los mercados emergentes, a los que llevamos apoyando largo tiempo y por cuyo futuro seguimos apostando.
Ahora existen preocupaciones que frenan el apetito de los inversores por el universo emergente, que tantas satisfacciones ha dado a aquéllos que han optado por esta apuesta. El discurso contrario a esta inversión suele girar en torno a dos argumentos. Primero, defiende que el fuerte crecimiento de las economías emergentes genera tensiones inflacionistas, las cuales suscitan un endurecimiento monetario que, a su vez, convierte el clima de liquidez en menos favorable y produce una desaceleración económica. Segundo, afirma que el crecimiento de China se basa en una explosión desbocada del crédito que desembocará en una mala asignación del capital. Estos temores no son del todo disparatados, pero creemos que están sobrevalorados y demasiado reflejados en las valoraciones bursátiles.
Por ejemplo, tanto el Royal Bank of India como el Banco Central do Brasil, han demostrado en el pasado su seriedad y competencia. Llegados a este punto, otorguémosles nuestra confianza. Y en cuanto a China, el endurecimiento del crédito se está dando ya de un modo gradual y, desde nuestro punto de vista, acertado.
Nos parece simplista pretender ser pájaros de mal agüero, teniendo en cuenta que el crecimiento de países como China supera el 10% y que sus finanzas públicas gozan de una salud que debería hacer palidecer a toda Europa. Creemos que China reevaluará su moneda y que arrastrará con ella a otras divisas asiáticas. Esto atenuará el temor a las tensiones inflacionistas sin alimentar la competitividad del sector manufacturero y permitirá que el país mejore su poder adquisitivo y de consumo interno. En resumen: un auténtico reequilibrio mundial.
Eric Le Coz. Miembro del Comité de Gestión de Carmignac