Spanair convierte El Prat en la base mediterránea de Star Alliance
Spanair ha dado un vuelco al diseño de su operativa en sólo un año. Tras estrechar lazos con Star Alliance, despliega rutas por el arco mediterráneo y coordina vuelos con las 12 aerolíneas de este grupo presentes en Barcelona. El objetivo: convertir El Prat en el distribuidor de tráfico meridional de la alianza que lidera Lufthansa.
Tras un año efectivo de gestión de los nuevos dueños catalanes en Spanair, el diseño de su operativa ha dado un vuelco. Con la propiedad anterior de SAS y Marsans, el dibujo de rutas era una réplica de Iberia, pero con el objetivo de alimentar los vuelos del jefe de Star Alliance, Lufthansa, en Madrid, Barcelona, Múnich y Fráncfort.
La nueva Spanair se ha volcado en El Prat, despliega nuevas rutas por el arco mediterráneo y aprovecha su pertenencia a Star Alliance, coordinando vuelos con las compañías de su grupo aéreo que vuelan desde Barcelona.
Los competidores de la nueva Spanair reavivan su acusación de que compite con ventaja por las ayudas de la Generalitat y expresan dudas sobre la viabilidad económica de la estrategia emprendida. Pero ninguno pone ya en duda que ha dejado atrás los bandazos de los antiguos gestores y despliega una estrategia coherente. "Hay que estar atentos al nuevo rumbo de Spanair", dijo a este diario un directivo de Iberia.
La empresa catalana desarrolla acuerdos especiales con Turkish Airlines
El presidente de Spanair, Ferrán Soriano, en una entrevista realizada hace un año con CincoDías, afirmó que "la red de vuelos que aspiramos a crear no estará especialmente ligada a Lufthansa". Con la perspectiva de los meses transcurridos la aseveración se ha hecho realidad, pero sólo en parte. Spanair, miembro de Star Alliance desde 2003, en la etapa anterior desarrolló más intensamente sus relaciones con Lufthansa que con el grupo de aerolíneas que lidera la alemana.
En el último año esta política se ha dado la vuelta. La catalana ha conseguido tejer relaciones de colaboración estrechas con el creciente número de miembros de Star Alliance que vuelan desde su nueva base principal en El Prat.
En 2010 son ya 13 de las 27 aerolíneas que integran Star Alliance las que realizan operaciones en el aeropuerto de Barcelona: Swiss, TAP, Brussels, Turkish, Austrian, Continental, Egiptair, Singapore, LOT, SAS, Blue 1, además de Lufthansa y la propia Spanair. La griega Aegean también vuela a Barcelona y está en trámites de su incorporación a Star Alliance.
Entre todos estos socios, Spanair ha desarrollado una especial colaboración con la aerolínea Turkish Airlines, con la que ha establecido acuerdos de código compartido. Ambas empresas y sus centros de tráfico en Barcelona y Estambul juegan un papel relevante en la política meridional de Star Alliance, dada la debilidad de este grupo en las rutas con América Latina y la creciente competencia de los aeropuertos de los emiratos del Golfo Pérsico en las rutas de conexión con el Extremo Oriente y Australia.
Spanair también ha acordado códigos compartidos con Egiptair para volar a El Cairo y Luxor. Con Brussels Airlines ha coordinado vuelos para volar a Bélgica desde El Prat y otros aeropuertos españoles. También cerró un acuerdo con Continental Airlines para compartir código en sus vuelos directos entre Barcelona y Nueva York y con Singapore para la ruta entre El Prat y la capital asiática.
Aprovechar los bilaterales y el tráfico mixto turismo-negocio
Spanair ha decidido desarrollar un tejido de rutas desde el aeropuerto de Barcelona hacia aeropuertos significados en todo el arco mediterráneo. En los últimos meses ha inaugurado o tiene en fase avanzada líneas hacia Marsella, Belgrado, Zagreb, Estambul, Tel Aviv, Venecia, Malta, Dubrovnik, Niza y Nápoles y ha reforzado sus vuelos a Argelia. En el despliegue ha elegido destinos cuyo tráfico con España estén regulados por acuerdos bilaterales. Dado el calibre de los aviones con los que opera y la baja densidad inicial de las rutas, Spanair sitúa las frecuencias y horarios de los vuelos en segmentos en los que sea compatible el interés del pasajero de ocio y el de negocios.