Cómo sacar el máximo rendimiento a un máster
Claves para elegir escuela de negocios y aprovechar lo aprendido en el MBA.
Elegir un máster y la escuela de negocios donde realizarlo no es un tema baladí. Primero, por la cantidad de dinero que hay que invertir, que lleva a muchos profesionales a ahorrar durante meses o años. Y también porque, según el posgrado que elijan, su futura carrera quedará marcada por esa acción, por lo aprendido, por las redes establecidas y por las nuevas oportunidades que se le abran.
Por eso la colección Clave DeBolsillo ofrece a los futuros alumnos el libro Conviértete en un profesional mejor, superior y diferente, que lleva por subtítulo el nada despreciable (si lo que se quiere es medrar) Lo que las empresas quieren que aprendas en un máster.
"Aprender algo hasta que encuentre empleo". "Aprender a hablar en público". "Resolver mi problema de relación con la gente". "Contabilidad". "Dinero, dinero y dinero", son algunas de las respuestas que el autor, Javier Sánchez Álvarez, se encuentra entre sus despistados e ingenuos alumnos cuando se les pregunta qué esperan obtener del máster que cursan. "Lo cierto es que detrás de la relativa ingenuidad de las afirmaciones se infieren una serie de desconocimientos, que resultan manifiestos, de ciertos aspectos esenciales del contenido del curso, del propio sentido de cursar un máster e incluso de muchas de las claves y prioridades que nunca deben olvidarse para sacarle el mayor rendimiento", señala.
Sánchez Álvarez es abogado y economista, ha sido directivo de L'Oréal, Garnier, Kérastase, Lancôme y Armani y actualmente ocupa gran parte de su tiempo impartiendo cursos y conferencias. En su experiencia como director general, relata en el libro, ha tenido la oportunidad de participar en más de mil entrevistas de selección de personal para todo tipo de puestos, por eso, considera que tiene una percepción nítida de lo que las empresas necesitan, la exigencia en la demanda y la discriminación de candidatos con "hipotéticos méritos similares".
La diferencia, construida con una buena formación, se presenta como clave. Y entonces elegir la escuela de negocios más apropiada resulta crucial. Este consultor propone una reflexión previa, de 10 puntos, para la selección de la más conveniente: valores y principios; compañeros y colegas; profesorado; programas y métodos; reputación real; servicios adicionales prestados; vinculación con el mundo empresarial; servicios pedagógicos de apoyo; organización, sistemas y tecnologías, y redes de alumnos y antiguos alumnos.
Sería bueno que para hacer esa elección, el estudiante dedique tiempo a hablar con los responsables de las escuelas de negocios, pregunte por los detalles de los programas, por el profesorado, por las salidas profesionales y por las redes de contactos que puede construir.
Pero la obra no se queda sólo en la elección del posgrado, sino que va más allá: lo que un directivo debe tener para ser único, "mejor, superior y diferente". Para ello debe, según este consultor, "comprender y aplicar de forma inmediata ciertas aptitudes y destrezas, que yo me atrevo a denominar como competencias superiores", como el liderazgo, la inteligencia emocional, la decisión o el manejo de la incertidumbre.
La insalvable barrera del dinero
Cree Sánchez Álvarez que las escuelas de negocios son un servicio público. Por eso no entiende la "barrera insalvable de acceso, como la entrada a las zonas vip de algunos clubes nocturnos", que establecen algunas de ellas por sus precios. "No tiene tanto que ver con las capacidades, potencialidades y antecedentes del candidato postulante, lo cual resultaría legítimo y conveniente, como únicamente (lo cual es injusto), con su capacidad económica o con la de sus fuentes de financiación para pagar los honorarios del curso", asegura.Cree que cualquier alumno antepondría el nombre y el prestigio expresado en rankings a cualquier otra contrapartida, ya que se traslada a una mayor facilidad para encontrar el empleo buscado, porque los cazatalentos, en muchas ocasiones, confían en ese prestigio. "De ser así, sería profesionalmente inadecuado, además de injusto". Podría darse así, cree, "la abominable situación de convertir el mundo del management y de la dirección de empresas en una especie de coto reservado para una casta superior". Por eso, aconseja al futuro alumno que las evalúe en función de sus necesidades de aprendizaje.