Reino Unido amplía a 7.260 millones el recorte del gasto en la Administración
El Gobierno de Reino Unido anunció ayer un recorte del gasto público de 6.243 millones de libras (7.260 millones de euros), 243 millones de libras más de lo esperado. El ministro de Finanzas, George Osborne, asegura que es sólo el principio de "una serie de decisiones difíciles".
Los funcionarios ingleses no volverán a viajar en primera clase, los ministros tendrán que decir adiós a sus chóferes particulares y se espera de ellos que viajen más en transporte público. La hora del recorte ha llegado a Reino Unido una semana después de que España anunciara su tijeretazo. No sólo los políticos tendrán que apretarse el cinturón. Medidas como la desaparición del cheque bebé a partir de enero de 2011, de 250 libras por hijo, demuestran que el ajuste se notará también en la calle. El viceprimer ministro, Nick Clegg, declaró ayer que los recortes serán dolorosos. "Estas decisiones no tendrán una buena acogida por parte de la opinión pública", aseguró.
El nuevo Gobierno conservador británico anunció ayer un recorte de 6.243 millones de libras (7.260 millones de euros). Esto supone 243 millones de libras más de lo anunciado durante la reciente campaña electoral. George Osborne, ministro de Finanzas, afirmó ayer que este es el "primer paso" para lograr reducir un déficit de 140.000 millones de libras (160.000 millones de euros) que corresponde al 11,5% de su PIB y al mayor de la Unión Europea. El plan se ha elaborado con el asesoramiento del Banco de Inglaterra y del Departamento del Tesoro y es, según el Gobierno, un cambio importante que se está comenzando a aplicar en todo el mundo.
Los únicos ministerios que se salvan de la criba, por ahora, son de Sanidad, Defensa y el departamento de Desarrollo Internacional. En educación, uno de los sectores supuestamente intocables, se eliminará el cheque bebé, que instauró el Gobierno laborista como una cuenta de ahorro para el futuro de cada niño. Sin embargo se protegerá e fondo para las escuelas, aseguró Osborne. El ministro de Finanzas, que estuvo acompañado por el responsable del Tesoro, el liberal demócrata, David Laws, afirmó que todos los recortes que se hagan en materia de educación, se reinvertirán dentro del mismo ministerio. "Dejar de pagar a los recién nacidos nos permitirá un ahorro inmediato de 520 millones de libras", dijo.
Los que más lo notarán serán departamento de Empresa, que tendrá que reducir de su presupuesto 838 millones de libras (953 millones de euros), los gobiernos locales y regionales con un ajuste de 780 millones de libras y el Ministerio de Transporte, 683 millones de libras (778 millones de euros).
A los territorios autónomos se les dará la opción de que retrasen los recortes hasta 2011. "Los años de abundancia del sector público están acabados, pero si actuamos de manera decisiva podremos superar antes estos años difíciles. Aún así prometemos recortar con cuidado. Seremos un gobierno progresista incluso en estos momentos duros" aseguró el titular del Tesoro.
Menos dietas y publicidad institucional
Se congelará la contratación de nuevo personal dentro de la administración, incluidos los puestos vacantes, salvo en "casos excepcionales. También se ajustarán los gastos en publicidad institucional y los ministros, además de bajarse el sueldo un 5%, ya no tendrán derecho a coche oficial individual y verán reducidas sus dietas.
El nuevo programa económico también incluye un recorte de 513 millones de libras del presupuesto de los denominados quangos, compañías semiprivadas, nombradas por el Gobierno pero que trabajan de forma independiente. También retrasarán o anularán inversiones y contratos públicos. A este primer recorte, centrado principalmente en el Gobierno, le seguirá una reducción más drástica del 25% del presupuesto de algunos departamentos tras una nueva revisión del gasto global en otoño. Osborne, lo ha avisado: son sólo los primeros recortes de una serie para "devolver la confianza a la economía".
La pérdida de empleo público, sin definir
Dos incógnitas quedaron flotando ayer tras el anuncio del ajuste. El ministro de Finanzas no especificó cuántos trabajos se perderán dentro del sector público. Se limitó a decir que "la gran mayoría de los ahorros procederán de puestos vacantes que no se van a ocupar, no de despidos" y confía en que el nuevo entorno económico anime al sector privado a crear puestos de trabajo. El anterior titular de Finanzas, Alistair Darling, instó ayer a Osborne a hablar claro sobre los puestos que están en riesgo. El Times publicó hace dos días en su suplemento dominical los recortes podrían provocar la pérdida de 300.000 empleos aunque otros expertos hablan de 700.000. Tampoco anunció una subida de impuestos, lo que muchos ven como una medida esencial para sanear las cuentas del Estado que está dentro de los planes de los conservadores.