Cajasur rechaza la fusión con Unicaja y opta por pedir ayudas en solitario
Vuelco en la fusión andaluza. El consejo de Cajasur rechazó el viernes fusionarse con Unicaja, pese a que el consejo de ésta ya había dado luz verde a la operación. La caja cordobesa pretende seguir en solitario tras pedir ayudas al fondo de ayuda al sector bancario. El Banco de España había amenazado con intervenir la entidad de no concretarse la fusión.
El peor escenario que podía esperar el mundo financiero andaluz apareció el viernes a última hora, cuando ya nadie lo esperaba. Después de más de 10 meses de negociaciones entre la primera entidad financiera de la región, Unicaja, y Cajasur, una entidad al borde de la quiebra, el consejo de administración de esta última decidió rechazar la integración con la primera.
Aunque el máximo órgano de gobierno de Unicaja ya había acordado seguir adelante con la operación, el consejo de la caja cordobesa decidió, pasadas las 10 de la noche, desmarcarse del proyecto y solicitar ayudas, en solitario, al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
La Iglesia, a través del Cabildo de la Catedral de Córdoba, es el colectivo con mayor poder dentro del consejo.
En un comunicado, Cajasur explica que "no le ha quedado otra alternativa que, agotadas ya todas las vías y los plazos impuestos, acordar por mayoría la solicitud de ayuda al FROB, como la salida más óptima y solvente para la caja".
El detonante de la ruptura ha sido la imposibilidad de alcanzar un pacto laboral con los sindicatos. Aunque los representantes de los trabajadores y la alta dirección de ambas cajas han mantenido reuniones maratonianas para tratar de llegar a un acuerdo, las exigencias de Aspromonte (la central sindical mayoritaria en Cajasur, con un 70% de la representación), acabaron por imposibilitar el pacto.
La gran incógnita ahora es si el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, cumplirá con su amenaza de intervenir la caja cordobesa, tal y como hiciera en marzo de 2009 con Caja Castilla La Mancha.
La situación financiera de Cajasur es de quiebra técnica. La entidad, que tiene unos 3.000 trabajadores, perdió en 2009 cerca de 600 millones de euros y, durante el primer trimestre de 2010, otros 114 millones.
En el comunicado hecho público en la noche del viernes, la entidad explica que "ha buscado una opción que fuera institucionalmente viable y que diera respuesta a los intereses de los impositores y los trabajadores de la entidad, concretándose, tras diversas opciones, en una posible fusión con la andaluza Unicaja.
Para justificar su postura, la caja cordobesa recuerda que había acordado con Unicaja que el proceso de fusión se realizará "bajo los principios de no discriminación de los empleados de ninguna de las cajas y evitación de medidas traumáticas".
No obstante, "ante la inexistencia de un acuerdo laboral que respete y cumpla este requisito, la entidad fundadora de Cajasur el Cabildo de la Catedral de Córdoba, por responsabilidad con sus 3.000 trabajadores y casi un millón de impositores, ha tomado la decisión de solicitar la ayuda del FROB".
Esta es la primera ocasión en que una caja de ahorros solicitará recurso al fondo de ayuda a la banca para seguir en solitario, una posibilidad prevista en el decreto de aprobación del FROB, pero que aún no había sido utilizada. Está por ver si el Banco de España, que controla el consejo rector del Fondo, acepta que Cajasur se mantenga independiente.
Ya durante la tarde, varios portavoces de los sindicatos UGT y Comisiones Obreras habían criticado la actitud inmovilista de los responsables de Aspromonte. Sin embargo, cerca de las 10 de la noche, un portavoz de esta central sindical aseguró que sí que habían dado su aprobación a un principio de acuerdo laboral.
A partir de ahora, el futuro de Cajasur ya no está en manos de la Iglesia, sino del Banco de España.