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Tribuna
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¿Un recorte suficiente?

No sabemos si la recuperación económica y empresarial de la crisis evolucionará mucho mejor de lo previsto, gracias a la recuperación de nuestros vecinos de la eurozona, sí es así las medidas de recorte del déficit si podrían desaparecer como resultado de una mejora del crecimiento económico. En caso contrario, conseguir una reducción de 15.250 millones de euros, y llegar a niveles de déficit del orden de 9%- 9,5% del PIB no resuelve el problema de alcanzar el objetivo de 3% en 2013.

¿Dónde está el origen del problema y cuál debe ser la moraleja? Llegar a niveles de déficit del 11% del PIB cuando estábamos en niveles positivos de 2%, no solo es aplicar medidas anticíclicas, es superar en 8 puntos el criterio de la eurozona y generar un 13% de déficit en términos comparativos.

Lo anterior genera una pérdida de imagen país a nivel internacional que conlleva reducciones en el rating e incremento del coste de la deuda. Tanto así que provoca estar en la lista de las economías débiles de la eurozona cuando queremos ser del grupo de los líderes y, afecta al nivel de confianza de la demanda interna y de crecimiento futuro en el medio plazo.

Saltan las alertas y se reúne Ecofin pensando en escenarios pesimistas para el euro. España se ha colocado en el punto de mira por las perspectivas de evolución del déficit público, con una cifra de 120.000 millones de euros, que debería disminuir en más de 70.000 millones. Los 15.250 millones de este año y medio de ajuste es algo menos de la cuarta parte de la reconducción que se requiere del déficit.

El baseline de Ceprede, el día antes de conocer las cifras oficiales, estimaba que el conjunto de medidas anunciadas podría tener un efecto total de reducción del gasto público en unos 4.700 millones en 2010 y otros 10.800 en 2011, de los cuales 8.900 corresponderían con reducciones de renta bruta familiar y otros 6.000 de reducción de la inversión pública directa.

La cadena de impactos de este tipo de recortes termina inevitablemente afectado a la actividad económica; primero tiene un efecto directo derivado del recorte de salarios en 2010, por lo que la renta familiar disponible supone un menor consumo privado. A esto se une en 2010 el recorte de inversión, afectando ambos conceptos a la demanda interna y al menor crecimiento del PIB. En 2011, la congelación de las pensiones y eliminación del cheque-bebé se incorporan al recorte.

Los efectos finales supondrían una reducción de renta familiar de unos 2.300 millones de euros en 2010, y otros 6.600 millones en 2011, sumando 8.900 millones en el periodo considerado, mientras que la inversión pública se vería reducida en unos 6.000 millones. Llegando por tanto a cerca de 15.000 millones a falta de la reducción de sueldos de altos cargos del Gobierno y ayuda al desarrollo.

Globalmente, si tenemos en cuenta que el PIB nominal estimado para estos dos años se sitúa entre 105.000 y 108.000 millones de euros, estas medidas podrían contribuir a reducir el déficit público en porcentaje del PIB en medio punto durante 2010 y un punto en 2011.

¿Cómo queda el cuadro macroeconómico posrecorte? Julián Pérez y Antonio Pulido, director adjunto y director general de Ceprede, respectivamente, han realizado una simulación con el modelo Wharton-UAM, cuyos resultados (en puntos porcentuales) para 2010-2011 son: -0,6 puntos de consumo familiar; -2,6 puntos en inversión (pública y privada); -1,4 puntos en demanda interna; -2,2 puntos en PIB real.

Este escenario base supone reducir el crecimiento esperado del PIB real en -0,2 puntos y -0,3 puntos respectivamente en cada año (del orden de medio punto en año y medio) y supondría una pérdida acumulada de 120.000 empleos. En términos anuales, la generación neta de empleo se vería reducida en 34.600 puestos de trabajo en 2010 y 85.890 adicionales durante 2011.

Seguiríamos estando en un volumen de parados de 4.300.000 (media anual para dicho periodo) y con un horizonte lento y complicado en cuanto a la capacidad de incorporarles al mercado laboral. Aunque como nota positiva, habríamos tocado techo en tasa de paro con el 20% del primer trimestre de 2010. De esta manera, el problema futuro se centra en generar espacios de empleo suficientes en el nuevo modelo como para absorber dicho volumen de personas en trabajos a tiempo completo o parcial, y no tanto en nuevos desempleados, ya que la población activa esta disminuyendo y evoluciona muy estable a medio plazo.

Juan José Méndez. Director de Estudios y Proyectos de Centro de Predicción Económica (CEPREDE)

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