Desafío electrónico
La entrada en vigor de los derechos recogidos en la Ley 11/2007 el 31 de diciembre de 2009 trasciende el aspecto de poder acceder telemáticamente a los servicios públicos: el desafío se extiende a elementos internos y poco vistosos para el ciudadano pero críticos para la Administración, como la seguridad, la pervivencia de los documentos o la integridad de los expedientes, aspectos que no se han acabado de desarrollar plenamente.
Muchas Administraciones no han sido capaces de cumplir con el objetivo de ofertar todos sus servicios online. Los problemas vienen de la falta de normas específicas o de las necesidades de este cambio, que son la definición de un modelo tecnológico organizativo y de un esquema interoperable y la ruptura con la cultura tradicional de las Administraciones públicas.
Estos cambios se solapan con otras iniciativas de similar envergadura, como la Directiva de Servicios o el desarrollo de la Ley de Contratos, que tienen un componente importante de procesos digitales entre sus objetivos. La Administración electrónica ya no es simplemente un objeto de legislación, sino un enfoque que afecta a todas las iniciativas pioneras que envuelven a los poderes públicos. A partir de esta fecha, el término Administración electrónica es cada vez menos electrónica y más Administración.
Es necesario definir las claves para que los cambios sean un éxito en lugar de un problema.
l Comprar algo útil y real: muchas de las soluciones para Administraciones no se adaptan a las particularidades y necesidades que tienen los poderes públicos de transparencia, equidad y seguridad.
l No convertir la solución en director general. Las limitaciones de una solución pueden poner literalmente patas arriba procesos consolidados en la organización.
l No atarse a un solo proveedor: muchos desarrollos son tan específicos y definidos que obligan a mantener una relación de fidelidad eterna con los proveedores, que son los únicos que saben mantener y evolucionar las soluciones y los formatos.
l Que las herramientas sean específicas no significa que se tengan que generar silos: la especialización y la calidad de los resultados de las soluciones tecnológicas es un binomio estable.
l Mirar más allá de lo urgente. Aspectos referentes a documentos, expedientes o la firma pueden hacer que lo que hoy es un desarrollo clave para su organización, no valga nada a futuro.
Cualquier transformación debe plantearse en términos estratégicos e integrales para evitar desajustes y pasos en falso, que pagarían las administraciones y, especialmente, todos los ciudadanos.
Sergio Jiménez Meroño. Product manager de IG4S, Realtech España