La condena de Reino Unido
Elecciones primero, programa electoral después. Si bien puede haber un primer ministro conservador en Downing Street, muchos de entre los millones que votaron a David Cameron sufrirán un shock cuando vean el precio que está pagando por su pacto con el Partido Liberal Demócrata, más inclinado a la izquierda.
Nadie esperaba en serio que el actual 18% que grava las ganancias de capital fuera a durar. Pero el plan para incrementarlo a "tasas parecidas o cercanas a las que se aplica a los ingresos" podría implicar un tipo máximo del 50%. La cuestión ahora es si se aplicará desde la fecha del presupuesto de emergencia, prometido a partir de 50 días, o será sólo a partir del año que viene.
La promesa de los conservadores de elevar el umbral impositivo sobre las sucesiones a un millón de libras ya ha sido degradado a simple aspiración. Mientras, los bonus inaceptables en la banca están sometidos a medidas enérgicas. Los salarios altos también sufrirán un duro golpe por los impuestos sobre la renta y el Seguro Nacional, un segundo impuesto sobre la renta. Aunque habrá un sustancial incremento en la cantidad de individuos que puedan ganar antes de que comiencen a pagar impuestos, que se centrará en los que cobran menos. El nuevo tipo impositivo efectivo será del 52%.
Al menos aquellos que cumplan 75 ya no estarán obligados a comprar una renta vitalicia con su plan de pensiones. Los banqueros también se han librado del impuesto de mansiones del partido Liberal Demócrata sobre sus casas de Chelsea, pero la propuesta de gravar los aviones en vez de a los pasajeros no puede ser una buena noticia para sus jets privados.
Por Neil Collins