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Columna
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Una negativa que deja perplejo

Telefónica presiona a Portugal Telecom. El consejo de administración del operador portugués ha rechazado la oferta de 5.700 millones de euros de su rival español por la compra de la joint venture con la brasileña Vivo.

Pero la decisión del consejo de rechazar una oferta tan indiscutiblemente impactante, sin señal aparente de que el consejo tenga una oferta mayor, es sorprendente. Y los accionistas deben impugnar esa decisión.

Telefónica puede ser acusada de oportunista por lanzar su oferta en un momento en el que los inversores están preocupados por la deuda soberana. Sin embargo, no es fácil desechar su valoración. La oferta valora Vivo a nueve veces el Ebitda estimado para 2010. Eso es el doble de la valoración de Vivo previa a la licitación, y también es el doble de lo que ofrece su competidor en Brasil TIM, que es propiedad de Telecom Italia.

Es cierto que Telefónica no tendrá que desembolsar esa suma por toda la empresa. Al igual que Portugal Telecom, ya posee el 30% de Vivo. Y mientras que Telefónica está ampliando también la oferta a algunos de sus accionistas minoritarios, sólo les propone el 80% del precio que está ofreciendo a Portugal Telecom.

Pero eso no debe importarle a Portugal Telecom. Incluso tras un incremento del 7% en el precio de las acciones de Portugal Telecom, la oferta de Telefónica equivale a aproximadamente el 83% de la capitalización de mercado de toda la empresa.

Desde luego, la oferta dice mucho de la necesidad de Telefónica de reforzar su negocio de telefonía fija en Brasil, Telesp, que decae a medida que los clientes se pasan al móvil. Si Telefónica pudiera integrar los dos negocios podría extraer sinergias de entre 3.000 y 4.000 millones de euros.

Puede haber otras razones por las que Portugal Telecom espere una oferta mejor. Sin embargo, su explicación para rechazarla no es alentadora. El consejero delegado, Zeinal Bava, equipara la venta de Vivo con amputar el futuro de Portugal Telecom y sostiene que el valor de la empresa no puede medirse tan sólo por "criterios financieros".

Los accionistas de Portugal Telecom -muchos de los cuales son grandes bancos portugueses que tal vez aprecien un amplio dividendo extraordinario en estos tiempos de dificultades- pueden no estar de acuerdo. Deberían presionar al consejo para que se lo vuelva a pensar.

Una Galani

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