Claves del acuerdo: compra de deuda pública y privada e inyección masiva de dinero
El BCE se suma al macroplán de la UE y el FMI, que totalizará 750.000 millones de euros en avales y préstamos para frenar la especulación
La Europa política retomó este fin de semana la iniciativa frente a los mercados alcanzando su acuerdo más importante desde la creación del euro. Los miembros de la UE con la colaboración del FMI, se comprometen a garantizar con tres cuartos de billón de euros la solvencia de la moneda única: 440.000 millones en avales estatales de la zona euro; otros 250.000 millones, de préstamos del FMI, y 60.000 millones más de fondos propios de la Comisión Europea. La sangría sufrida por las bolsas la semana pasada, que pareció significar a la anunciada crisis de deuda lo que la bancarrota de Lehman Brothers simbolizó en la crisis financiera, se contuvo ayer con alzas históricas. El mensaje de los 27 fue claro: la estabilidad económica de la región es tarea de todos y ningún país que sufra para pagar su deuda será abandonado a la intemperie. El ministro de Finanzas sueco, Anders Borg, fue muy gráfico al respecto: "Vemos en los mercados grupos comportándose como manadas de lobos. Si les dejamos actuar, atacarán a los miembros más débiles y los destrozarán". En el siguiente texto se resumen los instrumentos de blindaje del euro pactados por la Unión Europea, que supone un cambio de actitud radical para un grupo al que se había acusado de inacción frente a la crisis.
1 Los Estados miembros centrarán lo que podría calificarse como un plan de rescate preventivo, al realizar aportaciones que, entre garantías y avales, dotarán el llamado Vehículo de Propósito Especial con 440.000 millones de euros. Se trata de una nueva entidad jurídica que podrá emitir bonos en los mercados, que, en teoría, podrían superar la cantidad avalada. Esta última se distribuirá en proporción al peso de cada país del euro sobre el Banco Central Europeo, de modo que a España le corresponderán 55.000 millones. El objetivo es garantizar la liquidez hasta tres años a los países con problemas, a cambio de un tipo de interés similar al cobrado a Grecia (5%). La experiencia de este país, para cuyo salvamento se movilizarán, junto al FMI, hasta 110.000 millones, ha servido de escarmiento: difícilmente se podría arbitrar desde cero un rescate similar si el país masacrado por los mercados tuviese el tamaño de Italia o España. Así las cosas, la solución será enseñar los billetes para que los mercados no jueguen a apostar por bancarrotas. Antes de acceder al multimillonario acuerdo, la canciller alemana, Angela Merkel, exigió a los "sospechosos habituales" que se sitúan en la diana de los mercados un nuevo esfuerzo. Las presiones surtieron efecto respecto a Portugal y España. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, anunció de inmediato recortes adicionales del déficit de medio punto del producto interior bruto para este año y de un punto para 2011.
Al margen de las reticencias alemanas, varios países ajenos a la Unión Económica y Monetaria exigieron no tener que realizar ninguna aportación al fondo. Esa fue la postura de Suecia y también del Reino Unido, cuyo ministro de Finanzas, Alistair Darling, afirmó el domingo que "cuando se trata de apoyar al euro, obviamente eso corresponde a los países de la zona euro". Se da la circunstancia de que el Reino Unido es uno de los miembros de la UE con mayores dificultades en términos de deuda y déficit, y no sería extraño que los mercados se fijasen en la libra esterlina una vez garantizada la solvencia de los miembros del euro.
2 La Comisión Europea será el brazo ejecutor de los movimientos más imperativos de rescate ampliando el uso de una posibilidad ya existente. Así, al margen de los 440.000 millones de euros en garantías estatales, Bruselas gestionará un fondo de estabilidad formado por recursos que captará en los mercados financieros, en una cuantía limitada a los cerca de 60.000 millones que le permite el presupuesto comunitario y servirán de garantía. De ese modo, la Comisión Europea ejercerá de prestamista directo a los países que se encuentren en especiales dificultades en sus balanzas de pagos. Ese mecanismo de crédito fundado en Bruselas ya está contemplado en los tratados de la Unión, aunque hasta ahora sólo era aplicable a los 11 países miembros que no han adoptado el euro como moneda, y tenía una cuantía de 50.000 millones.
3 El Fondo Monetario Internacional vuelve a tomar un partido notable, como ya hiciera en el caso de las ayudas a Grecia, de las que aportará 30.000 millones de euros. El organismo multilateral ha accedido a participar en la iniciativa europea encaminada a asegurar al euro mediante la aportación de 250.000 millones de euros en forma de avales y garantías, lo que equivale prácticamente a la mitad de los fondos totales de los que dispone. La participación del Fondo Monetario Internacional en el multimillonario Mecanismo de Estabilización Financiera fue una exigencia de países como Alemania, y se basa en que dicho organismo puede exigir especial rigor en las cuentas de los países incumplidores que reclamen las ayudas que ahora pasan a garantizarse.
4 El Banco Central Europeo se convirtió ayer en inesperado contribuyente del cambio de ritmo de la UE, al embarcarse, por primera vez en su historia, en la compra de deuda pública y privada de los países miembros. En una nota enviada a los medios, el BCE justificaba su decisión por la declaración de los Gobiernos de comprometerse a "cumplir sus objetivos presupuestarios". Además, Fráncfort pone la venda antes de la herida al afirmar que, "con el fin de neutralizar el impacto" que esas compras puedan tener sobre la inflación futura (suponen, de hecho, una fuerte inyección monetaria), "se llevarán a cabo operaciones específicas para reabsorber la liquidez inyectada".
Sea como fuere, lo que parece evidente es que el Banco Central Europeo ha puesto un fin radical al inicio de la retirada de estímulos monetarios que venía introduciendo en los últimos meses. De hecho, también ayer anunció dos subastas a tres meses a tipo de interés fijo sin límite de importe, para el 26 de mayo y el 30 de junio. Además, se realizará una operación regular de financiación a seis meses, también con adjudicación plena y con un tipo de interés aún por determinar, el día 12 de este mes.
También ayer, el BCE adoptó una nueva decisión histórica en conjunto con la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco de Inglaterra y el Banco Nacional de Suiza, por el que se restablecen las líneas swap o acuerdos de divisas de carácter temporal para la provisión de liquidez en dólares. Según Fráncfort, el objetivo de esos acuerdos es "ayudar a mejorar la situación de liquidez en los mercados de financiación en dólares estadounidenses y evitar la propagación de las tensiones a otros mercados y centros financieros". La crisis financiera, por tanto, se reactiva, aunque haya pasado de basarse en el endeudamiento privado a hacerlo en el público.
Giro radical y no unánime del BCE
El director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, aplaudió ayer el plan de apoyo financiero europeo, y dijo que la institución dará asistencia "país por país" a las economías que lo necesiten.En una declaración distribuida por el FMI, Strauss-Khan explicó que la contribución del organismo "se realizará de un modo individualizado, a través del completo abanico de instrumentos a disposición"."Estamos preparados para asistir de manera individual a los miembros europeos que necesiten hacer ajustes y acogerse a programas de recuperación, a través del diseño y seguimiento de medidas económicas, así como a través de la asistencia financiera, cuando lo soliciten", afirmó Strauss-Kahn.El ex ministro francés destacó su "fuerte bienvenida a los pasos de amplio alcance" adoptados por la Unión Europea y el Banco Central Europeo "para recuperar la confianza y la estabilidad financiera en la zona euro". Eso sí: el máximo mandatario del FMI envió un recado a los países miembros: "La aplicación de medidas que pongan las finanzas públicas en una posición sostenible es clave para restaurar la salud económica de Europa", explicó.
El FMI otorgará su ayuda "país por país"
Sólo cuatro días le ha durado al presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, su contundente declaración del jueves pasado. En la rueda de prensa posterior a la reunión mensual del Consejo de Gobierno, Trichet afirmó que la opción de que el organismo pasase a adquirir bonos de los Estados miembros ni siquiera estaba en la agenda. Ayer, el banquero francés justificó el histórico cambio de rumbo con otra declaración sencilla: "Los canales de las políticas monetarias normales no estaban funcionando". Por ello, el BCE comenzó de inmediato a comprar deuda pública además de privada, si bien no especificó cuáles son los países emisores ni qué cantidades se han adquirido. Michael Schubert, analista del Commerzbank, explicó en un comunicado que el objetivo inicial puede ser Portugal, como muestra a los mercados de que el BCE no permitirá el contagio de la crisis griega.El cambio de actitud del organismo emisor supone una parte crucial de la histórica respuesta de la UE frente a los mercados, puesto que, de facto, supone financiar parte de los déficits de los Estados miembros al permitirles monetizar su deuda.En una entrevista con Bloomberg Televisión, Trichet dejó caer que la decisión de que el BCE pasase a adquirir deuda pública no fue unánime entre los 22 miembros del Consejo de Gobierno: "En el capítulo de la compra de bonos, tuvimos una mayoría aplastante", explicó. Jacques Cailloux, economista jefe para Europa del Royal Bank of Scotland, explicó ayer a Reuters que no le sorprende la falta de unanimidad registrada. "El BCE cruzó ayer una línea que algunos miembros pensaron que jamás cruzaría", afirmó.
las cifras
440.000 millones de euros con los que los miembros de la zona euro avalarán emisiones de deuda.250.000 millones de euros que se compromete a aportar el Fondo Monetario Internacional.60.000 millones de un nuevo fondo de estabilidad de la Comisión para desequilibrios en balanzas de pagos.