París y Berlín exigen que se publique la inversión en deuda soberana
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, exigieron ayer que se revelen las posiciones exactas de cada inversor en la deuda soberana de los países de la zona euro, una información considerada hasta ahora como altamente confidencial y que las entidades financieras sólo comunican con cuentagotas.
Las propuesta franco-alemana figura en la carta que los dos dirigentes enviaron ayer al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, con vistas a la cumbre de la zona euro que se celebra hoy en Bruselas. Y completa otra anterior, del 10 de marzo, en la que reclamaron la publicación de todos los datos de negociación de derivados, incluidos los credit default swaps (o seguro de impago), para evitar las posibles prácticas especulativos con esos títulos.
Merkel y Sarkozy enmarcan ahora su ofensiva reguladora con una respuesta "a los mercados financieros que, en los últimos días, han amplificado la crisis al provocar grandes movimientos en las tasas de interés de la deuda soberana de ciertos países de la zona euro, sin ninguna relación con sus fundamentos económicos".
La propuesta, sin duda, puede ser bien acogida por los países que han sufrido esas sacudidas, como España, Portugal, Italia o Irlanda.
Pero la misiva de Merkel y Sarkozy también contiene medidas para "reforzar el gobierno económico de la zona euro", que parecen apuntar contra esos mismos países.
Berlín y París, que en 2003 dinamitaron el Pacto de Estabilidad para evitar que se les aplicaran sanciones, proponen ahora castigos "más eficaces". Y hoy defenderán también una ampliación de la vigilancia económica (centra hasta ahora en los presupuestos) para incluir también problemas de competitividad. Los dos países plantean, además, la necesidad e un "mecanismo robusto de resolución de crisis".
La segunda cumbre de líderes de la zona euro en 11 años de Unión Monetaria (la anterior se celebró en 2008 tras el desplome de Lehman Brothers) tiene previsto ratificar hoy el plan de rescate de Grecia, valorado en 80.000 millones de euros, más otros 30.000 del FMI.
Alemania, cuyo Parlamento se pronunciará hoy sobre su aportación al plan, llega a la cumbre con purísimas propuestas para intentar garantizar que el caso griego no se repite. Entre ellas, un marco de suspensión de pagos para los países de la zona euro.
La zona euro ratifica hoy el rescate griego
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, exigieron ayer que se revelen las posiciones exactas de cada inversor en la deuda soberana de los países de la zona euro, una información considerada hasta ahora como altamente confidencial y que las entidades financieras sólo comunican con cuentagotas. Las propuesta franco-alemana figura en la carta que los dos dirigentes enviaron ayer al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, con vistas a la cumbre de la zona euro que se celebra hoy en Bruselas. Y completa otra anterior, del 10 de marzo, en la que reclamaron la publicación de todos los datos de negociación de derivados, incluidos los credit default swaps (o seguro de impago), para evitar las posibles prácticas especulativos con esos títulos. Merkel y Sarkozy enmarcan ahora su ofensiva reguladora con una respuesta "a los mercados financieros que, en los últimos días, han amplificado la crisis al provocar grandes movimientos en las tasas de interés de la deuda soberana de ciertos países de la zona euro, sin ninguna relación con sus fundamentos económicos". La propuesta, sin duda, puede ser bien acogida por los países que han sufrido esas sacudidas, como España, Portugal, Italia o Irlanda. Pero la misiva de Merkel y Sarkozy también contiene medidas para "reforzar el gobierno económico de la zona euro", que parecen apuntar contra esos mismos países. Berlín y París, que en 2003 dinamitaron el Pacto de Estabilidad para evitar que se les aplicaran sanciones, proponen ahora castigos "más eficaces". Y hoy defenderán también una ampliación de la vigilancia económica (centra hasta ahora en los presupuestos) para incluir también problemas de competitividad. Los dos países plantean, además, la necesidad e un "mecanismo robusto de resolución de crisis". La segunda cumbre de líderes de la zona euro en 11 años de Unión Monetaria (la anterior se celebró en 2008 tras el desplome de Lehman Brothers) tiene previsto ratificar hoy el plan de rescate de Grecia, valorado en 80.000 millones de euros, más otros 30.000 del FMI. Alemania, cuyo Parlamento se pronunciará hoy sobre su aportación al plan, llega a la cumbre con purísimas propuestas para intentar garantizar que el caso griego no se repite. Entre ellas, un marco de suspensión de pagos para los países de la zona euro.